La Murga de la Criollita



Había una vez una mujer llamada La Criollita que vivía en Argentina y amaba la música. Ella tocaba varios instrumentos, cantaba y bailaba con mucha pasión.

Un día, recibió una invitación para dirigir una murga de mujeres en Uruguay. La Criollita aceptó la propuesta sin dudarlo y se fue a Uruguay para comenzar su nueva aventura.

Al principio, las mujeres estaban un poco nerviosas por tener a una líder extranjera, pero La Criollita les dio confianza y motivación. "¡Buenos días chicas! ¿Cómo están hoy?", dijo La Criollita con entusiasmo. "Bien gracias", respondieron las mujeres tímidamente. La primera tarea de La Criollita era enseñarles nuevas canciones y coreografías para el desfile del Carnaval de Montevideo.

Las mujeres trabajaron duro todos los días, ensayando hasta altas horas de la noche. Un día, mientras ensayaban en el parque, un grupo de niños se acercó a verlas.

Los niños quedaron maravillados al ver a estas mujeres cantando y bailando juntas. "¿Qué es esto?" preguntó uno de los niños. "Es nuestra murga", respondió una de las mujeres. "¿Puedo unirme?", preguntó otro niño emocionado.

La Criollita sonrió ante la pregunta del niño e inmediatamente lo incluyó en la murga como el más joven integrante del grupo. A partir de ese momento, otros niños se sumaron también a la murga. El día del desfile llegó pronto y las mujeres estaban listas para mostrar todo lo que habían aprendido.

Con sus trajes coloridos, sus instrumentos y su música, la murga de mujeres liderada por La Criollita desfiló por las calles de Montevideo con gran éxito.

Al final del desfile, La Criollita se dirigió a las mujeres y les dijo: "Chicas, hoy demostramos que juntas podemos lograr grandes cosas. No importa de donde venimos o cuál es nuestro origen, lo importante es trabajar en equipo y creer en nosotras mismas".

Las mujeres aplaudieron emocionadas mientras los niños saltaban de alegría alrededor de ellas. Desde ese día en adelante, la murga de mujeres liderada por La Criollita se convirtió en una inspiración para muchos en Uruguay y un ejemplo del poder del trabajo en equipo.

Y así fue como La Criollita encontró su verdadera pasión al dirigir una murga de mujeres en Uruguay. Su historia enseña que no hay límites para nuestros sueños si trabajamos duro y creemos en nosotros mismos.

FIN.

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