La Navidad Creativa de la Maestra Mimi



Era un día cálido de diciembre, y en la Escuela de Animales, el salón de la maestra Mimi se encontraba muy apagado y sin vida. Los estudiantes, Riño el ratón, Rita la rana, Coco el conejo y Paco el oso panda, se sentían un poco tristes porque ya se acercaba la Navidad y su salón no tenía ni una sola decoración.

"¡Chicos! - dijo Riño, moviendo su pequeño bigote - ¿No les parece que nuestro salón necesita un poco de felicidad navideña?"

"Sí, ¡tenemos que decorarlo! - exclamó Rita, saltando de emoción. - Pero no tengo adornos".

"Yo tampoco - admitió Coco, encogiendo sus orejas - pero ¿por qué no hacemos nuestros propios adornos?"

"¡Esa es una gran idea! - rugió Paco, que era muy grande pero con un corazón aún más grande. - ¡Podemos ser creativos!".

Así que, animados por la idea, los amigos se pusieron a pensar en qué materiales podrían usar. Se acercaron a un armario donde la maestra Mimi guardaba cosas. Encontraron colores, papeles de regalo, tijeras, y un montón de brillantina.

"¡Miren todo lo que encontramos! - dijo Rita sonriente. - Esto será perfecto para nuestras decoraciones".

Cada uno eligió un área del salón para decorar. Riño, el ratón, decidió que iba a hacer estrellas de papel. Empezó a recortar y a pegar colores brillantes.

"¡Miren lo que hice! - decía Riño, mostrando una estrella amarilla. - ¡Va a brillar!".

Por su parte, Coco, el conejo, eligió hacer guirnaldas usando papel de regalo y un poco de cinta.

"Si le pongo un poco de brillantina, va a ser aún más hermoso - decía Coco mientras organizaba los papeles de colores".

Paco, el oso panda, hizo unos enormes copos de nieve de papel que colgó del techo, mientras que Rita la rana hizo pequeños renos con cartón.

Mientras estaban todos trabajando, empiezan a escuchar ruidos raros.

"¿Qué es eso?" - preguntó Rita, algo asustada.

"¡No sé! - respondió Riño, mirando hacia la puerta donde provenía el ruido. - ¡Vamos a investigar!".

Siguieron el sonido y al asomarse, descubrieron que el ruido venía de la sala de arte. Allí estaban los otros animales de la escuela que también querían decorar su sala pero no sabían cómo.

"¡Hola! - saludó Paco. - ¿Quieren unirse a nosotros? Estamos haciendo adornos navideños".

Los otros animales miraron con ojos brillantes.

"¡Sí! - dijeron todos al unísono. - ¿Podemos ayudar?".

Entonces, los amigos decidieron unir fuerzas. El salón de la maestra Mimi fue rápidamente invadido por un montón de nuevos estudiantes que también trajeron materiales. Y así, los pequeños ratones, conejos, ranas y pandas trabajaron juntos, creando una hermosa decoración.

Al final del día, donde antes habían estado las paredes tristes, ahora había una espléndida combinación de estrellas, guirnaldas, copos de nieve y renos.

"¡Increíble! - gritó Riño dando vueltas en el aire - ¡Gracias chicos!".

"Esto se ve espectacular - dijo Rita, dando saltos de alegría entre los adornos - ¡Bien hecho, equipo!".

"Nunca había disfrutado tanto trabajando – dijo Coco con una gran sonrisa – ¡y lo mejor es que lo hicimos juntos!".

Paco, contento por la gran colaboración, dijo:

"Esto no solo solo embelleció nuestro salón, sino que también nos unió más como amigos".

Al final del día, la maestra Mimi entró al salón y quedó maravillada. Al ver la decoración, sus ojos se iluminaron.

"¡Esto es hermoso, chicos! - exclamó. - ¡Me siento tan orgullosa de ustedes!".

A partir de ese día, el salón de la maestra Mimi se convirtió en un lugar lleno de creatividad, amistad y, por supuesto, mucho espíritu navideño.

FIN.

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