La Navidad de Don Gregorio



Había una vez un hombre llamado Don Gregorio, quien vivía en un pequeño pueblo. Era conocido por ser egoísta y malhumorado, especialmente durante la época navideña.

No le gustaba compartir con los demás y siempre pensaba en sí mismo. Una noche, mientras Don Gregorio dormía profundamente en su cama, fue visitado por tres fantasmas: el Fantasma de las Navidades Pasadas, el Fantasma de las Navidades Presentes y el Fantasma de las Navidades Futuras.

El Fantasma de las Navidades Pasadas era una figura brillante y amigable que llevaba a Don Gregorio a través de sus recuerdos más felices. Lo llevó a su infancia cuando disfrutaba jugando con otros niños en la nieve y compartiendo regalos con ellos.

Don Gregorio se dio cuenta de lo feliz que había sido antes de volverse tan egoísta. "Recuerda cómo te sentías al compartir momentos especiales con los demás", dijo el Fantasma de las Navidades Pasadas.

Luego apareció el Fantasma de las Navidades Presentes, un espíritu lleno de alegría que mostró a Don Gregorio cómo la gente del pueblo celebraba la Navidad juntos. Vieron familias riendo, amigos intercambiando regalos y vecinos ayudándose mutuamente.

"Observa cómo todos encuentran felicidad al compartir lo poco o mucho que tienen", comentó el Fantasma de las Navidades Presentes. Don Gregorio comenzó a darse cuenta del verdadero significado de la Navidad: estar rodeado de seres queridos y mostrar amor hacia los demás.

Se sintió triste al ver cuánto se había perdido debido a su actitud egoísta. Finalmente, el Fantasma de las Navidades Futuras apareció ante Don Gregorio. Era un espíritu misterioso y silencioso que lo llevó a ver cómo sería su futuro si no cambiaba.

Vieron una imagen desoladora: nadie asistía al funeral de Don Gregorio y no había nadie que recordara su existencia. "Esto es lo que te espera si continúas por el camino del egoísmo", advirtió el Fantasma de las Navidades Futuras.

Don Gregorio se despertó sobresaltado y sudoroso en su cama. Había sido solo un sueño, pero le había enseñado una valiosa lección. Decidió cambiar su actitud y comenzar a compartir con los demás.

A partir de ese día, Don Gregorio se volvió generoso y amable con todos en el pueblo. Comenzó a participar en actividades comunitarias y a ayudar a aquellos que lo necesitaban. Descubrió la alegría de dar sin esperar nada a cambio.

La noticia sobre la transformación de Don Gregorio se extendió rápidamente por todo el pueblo. La gente estaba sorprendida pero feliz de verlo tan diferente. Juntos, celebraron una maravillosa Navidad llena de amor y solidaridad.

Desde entonces, Don Gregorio siguió siendo una persona amable y generosa durante todas las navidades venideras. Aprendió que compartir con los demás trae más felicidad que cualquier regalo material.

Y así, gracias a la visita de los tres fantasmas navideños, Don Gregorio descubrió la verdadera magia de la Navidad: el amor desinteresado hacia los demás.

FIN.

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