La Navidad de Esteban y el gatito salvado



Había una vez un pequeño niño llamado Esteban que vivía en una casa acogedora junto a sus padres. Era víspera de Navidad y el ambiente estaba lleno de alegría y emoción.

Sin embargo, ese año la lluvia caía torrencialmente, lo que obligó a los padres de Esteban a ir al trabajo para solucionar algunos problemas urgentes. "-Esteban, cariño, nos han surgido unos asuntos importantes en el trabajo y tendremos que salir por unas horas.

No te preocupes, volveremos antes de la cena navideña", le explicó su mamá con ternura. Esteban asintió con tristeza, pero comprendió que sus padres tenían responsabilidades que atender.

Se quedó solo en casa mirando cómo la lluvia caía sin cesar mientras pensaba qué hacer para divertirse durante ese tiempo. Decidió aprovechar la ocasión para hacer algo especial. Recordó haber visto una caja llena de materiales de arte en el sótano y decidió crear una sorpresa navideña para sus padres.

Bajó las escaleras con cautela y encontró la caja repleta de colores brillantes, pinceles y hojas blancas.

Con mucho entusiasmo, comenzó a dibujar un hermoso paisaje navideño: un árbol decorado con luces brillantes, regalos debajo y copos de nieve cayendo del cielo. Mientras pintaba cada detalle con cuidado, imaginaba cómo se iluminarían los ojos de sus padres cuando vieran su obra maestra. De repente, escuchó un ruido proveniente del jardín.

Esteban miró por la ventana y descubrió que un pequeño gatito se había refugiado bajo el porche de su casa debido a la lluvia. Sin dudarlo, decidió salir y aagarrar al felino.

"-No te preocupes, amiguito, no tienes que pasar frío ni estar solo en Navidad", le susurró Esteban al gatito mientras lo acariciaba con ternura. Esteban llevó al gatito adentro y le dio comida y agua.

El animalito comenzó a jugar con las bolas de lana que Esteban tenía para hacer manualidades, lo cual los hizo reír a ambos. Pasaron las horas y Esteban continuaba dibujando y disfrutando de la compañía del gatito.

De repente, una idea brillante apareció en su mente: ¿y si hacía una tarjeta navideña especial para sus padres? Se puso manos a la obra utilizando todos los materiales disponibles: papel colorido, pegamento brillante y purpurina resplandeciente. Con cada detalle que añadía a la tarjeta, sentía cómo crecía su amor hacia sus padres.

Justo cuando terminaba de escribir un mensaje lleno de cariño en la tarjeta, escuchó el sonido del timbre. Corrió hacia la puerta emocionado y abrazó fuertemente a sus padres cuando entraron empapados por la lluvia.

"-¡Feliz Navidad! ¡Los extrañé mucho!", exclamó Esteban mientras les mostraba orgulloso su obra maestra. Sus padres quedaron asombrados al ver el paisaje navideño y la tarjeta que Esteban había creado con tanto amor.

Se dieron cuenta de lo valiente e ingenioso que era su hijo al haber pasado el tiempo solo en casa. Desde ese día, Esteban aprendió que incluso en los momentos más difíciles, siempre hay una forma de encontrar alegría y hacer sentir especial a quienes amamos.

Aquella Navidad lluviosa se convirtió en un recuerdo inolvidable para toda la familia, llena de amor, creatividad y compañía.

FIN.

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