La Navidad de la Amistad
En un bosque mágico donde la nieve cubría el suelo como un manto brillante, un búho marrón llamado Nubes y un búho blanco llamado Luna se preparaban para celebrar la Navidad junto a sus amigos: un ciervo llamado Brillo y dos conejos, uno blanco llamado Nieve y otro marrón llamado Tierra. Todos ellos podían hablar, y su alegría era contagiosa.
"¡Feliz Navidad, amigos!" - gritó Nubes mientras aleteaba sus alas felices.
"¡Sí, que la alegría nos envuelva!" - agregó Luna, revoloteando alrededor de un pequeño árbol decorado.
Los dueños de los animales, quienes eran amantes de la naturaleza, también estaban felices y preparaban deliciosos manjares para compartir con sus amigos animals y plumíferos. Todos estaban emocionados, pero en medio de la celebración, un gato negro llamado Sombra apareció sin avisar.
"¿Qué hacen todos aquí reunidos?" - preguntó Sombra con tono desafiante.
"¡Estamos festejando la Navidad!" - respondió Brillo con entusiasmo. "¿Te gustaría unirte a nosotros?".
"¿Unirme? No, gracias. Se ven débiles, y yo solo busco diversión" - dijo Sombra, con una sonrisa sarcástica.
De repente, Sombra comenzó a maldecir todo lo que hacían los animales: desordenó las decoraciones, espantó a Nieve y Tierra, y comenzó a causar confusión. Los amigos, antes alegres, empezaron a pelear entre ellos por culpa del gato travieso.
"¡Dejen de pelear, por favor!" - gritó Luna, intentando calmar a sus amigos. "Esto es Navidad, un momento de unión."
"¡Pero Sombra está arruinando todo!" - replicó Nieve, muy triste.
Al darse cuenta de que la felicidad del grupo se estaba desvaneciendo y la magia de la Navidad casi desaparecía, Sombra, quizás, sintió un pequeño cosquilleo en su corazón. Él también se sentía solo y anhelaba compañía.
Unidos, decidieron confrontar a Sombra, quienes decidieron hablar con él.
"Sombra, ¿por qué molestás a los demás?" - preguntó Tierra. "¿No ves que solo queremos compartir y celebrar juntos?".
"No entiendo lo que sienten, nunca me han incluido" - respondió Sombra, bajando la mirada.
Los animales quedaron en silencio, dándose cuenta de que quizás su nuevo amigo necesitaba ser comprendido. Entonces, Nubes se acercó y le dijo:
"La Navidad es el momento perfecto para dejar atrás las diferencias. ¿Por qué no te quedas y celebrás con nosotros?".
"Podemos enseñarte a disfrutar la Navidad también" - agregó Brillo.
Sombra miró a todos, sintiendo por primera vez que no era un intruso, sino un amigo. Elevo su mirada y esbozó una sonrisa.
"¿En serio?" - preguntó Sombra, ahora con un tono de esperanza.
"¡Claro!" - dijeron al unísono el conejo blanco y el ciervo. "Ven, únete a nosotros. Te prometemos que será divertido".
Así, Sombra se unió a la celebración. Juntos decoraron el árbol, cantaron canciones y compartieron historias. Nadie podía imaginar lo divertido que resultaría su amistad. Al final de la noche, todos se sentían felices y completos.
"Gracias por dejarme ser parte de su celebración" - dijo Sombra, con los ojos brillantes. "Espero que podamos estar juntos más seguido".
"¡Por supuesto!" - exclamó Nieve. "La amistad siempre trae felicidad."
Así fue como un gato travieso se convirtió en parte de un grupo de amigos, creando una Navidad mágica y llena de amor. Todos aprendieron que a veces la vida puede ser un poco difícil, pero siempre hay lugar para la amistad y la comprensión. Desde aquel día, todos sabían que juntos eran más fuertes y que la verdadera alegría de la Navidad reside en compartir con quienes amamos.
Y así, Nubes, Luna, Brillo, Nieve, Tierra y Sombra vivieron muchas más aventuras, riendo y siendo felices para siempre.
FIN.