La Navidad de la Amistad
Era una fría mañana de diciembre en el pequeño pueblo de Cuentilandia, donde los habitantes se preparaban para celebrar la Navidad. Entre ellos, había dos mejores amigos: Lucas y Sofía, quienes siempre soñaban con tener un gran árbol de Navidad decorado en la plaza del pueblo. Sin embargo, este año se enteraron de que no habría adornos ni luces en el lugar. "¿Cómo puede ser que no tengamos árbol?"-, dijo Lucas desilusionado. Sofía, siempre optimista, le respondió: "Podemos hacerlo nosotros, Lucas. ¡Juntos podremos conseguirlo!"-
Con el decidido ánimo de ambos, comenzaron a reunir materiales reciclables como cartones, botellas y papel de regalo. Entre risas y creatividad, construyeron un hermoso árbol que iba ganando altura en el taller de Lucas. Cuando lo terminaron, decidieron llevarlo a la plaza para compartirlo con el resto del pueblo. Al llegar, se encontraron con que otros niños estaban tristes porque sus familias no podían permitirse decoraciones. "¡No se preocupen!"-, gritó Sofía. "Trajimos un árbol que podemos decorar juntos"-. Todos los niños aplaudieron y se unieron a la diversión.
Bajo el resplandor de las luces y entre risas, decoraron el árbol con lo que habían traído: la creatividad de cada uno lo llenó de colores y sorpresas. Al final de la tarde, los adultos del pueblo, al ver lo que habían logrado los niños, se unieron a la celebración. "Gracias por recordarnos la importancia de la unión y la amistad", dijo el alcalde. Esa Navidad, Cuentilandia no sólo tuvo un hermoso árbol, sino que también aprendió que el espíritu navideño se refleja en compartir y apoyar a los demás. Y así, la plaza se llenó de alegría, convirtiéndose en un lugar donde la verdadera magia de la Navidad brilló en cada corazón.
FIN.