La Navidad de la Escuela Aquiles Serdán



Era un cálido diciembre en la Escuela Aquiles Serdán, y los estudiantes ya comenzaban a sentir el ambiente festivo que se respiraba en el aire. La directora, la señora López, había anunciado que este año la escuela tendría un concurso muy especial para celebrar la Navidad.

Mientras todos los chicos estaban emocionados, un grupo de amigos, formado por Lucas, Sofía y Mateo, se reunió en el patio para hablar sobre el concurso.

"¿Qué tenemos que hacer para el concurso?" - preguntó Sofía, con sus ojos brillando de entusiasmo.

"Tienen que crear algo que represente el espíritu navideño", - respondió Lucas. "Podemos hacer una obra de teatro sobre cómo se celebra la Navidad en distintas partes del mundo".

Mateo pensó que era una gran idea, pero había algo que lo preocupaba.

"Eso suena genial, pero, ¿y si no ganamos?" - preguntó, un poco inseguro.

"No importa si ganamos o no", - dijo Sofía, "lo que cuenta es disfrutar del proceso y aprender juntos".

Así que, con mucho entusiasmo, se pusieron a trabajar. Durante las siguientes semanas, se reunieron después de clases para ensayar y preparar los disfraces. Cada uno eligió un país del mundo y empezó a investigar sobre sus tradiciones navideñas.

El día de la presentación llegó, y la sala de actos de la escuela estaba decorada con luces y adornos. Los alumnos y padres estaban expectantes. Cuando llegó su turno, el trío subió al escenario un poco nervioso pero decidido.

Lucas representaría a México, Sofía a España y Mateo a Argentina.

"¡Viva la Navidad!" - exclamó Lucas, disfrazado de piñata, mientras le enseñaba a la audiencia cómo romperla en la celebración mexicana.

"En España, la gente celebra la Navidad con el tió de Nadal", - contó Sofía, mientras hacía una pequeña representación con un tronco que se convertía en regalos.

"Y en Argentina, ¡celebramos con asados y fuegos artificiales!" - agregó Mateo, imitando los sonidos de la celebración. Todos los presentes estallaron en risas y vítores.

La presentación fue un éxito. La creatividad, el trabajo en equipo y el amor por la Navidad brillaron en cada uno de sus gestos. Pero al final del concurso, algo inesperado ocurrió. La comunidad escolar decidió otorgar premios no solo a los primeros lugares, sino que cada grupo recibió un reconocimiento especial por su esfuerzo.

La señora López se acercó al escenario, muy emocionada.

"Estamos orgullosos de cada uno de ustedes, porque no solo ganaron un concurso, sino que demostraron lo que significa la verdadera Navidad: compartir, trabajar juntos y celebrar la diversidad".

Los chicos se abrazaron, sabiendo que lo que más valía era la experiencia vivida.

Mientras todos celebraban, Sofía tuvo una idea brillante.

"¿Y si hacemos una fiesta de intercambio de regalos?" - sugirió. "No necesitamos gastar mucho dinero, sino más bien hacernos un regalo simbólico. ¡Podemos hacer algo hecho a mano!".

"¡Buena idea!" - dijo Mateo. "Así todos reciben algo especial, y es una buena manera de compartir".

Y así, la escuela Aquiles Serdán decidió hacer su primera Fiesta de Intercambio de Regalos. Los alumnos se pusieron manos a la obra, creando tarjetas, dibujando y haciendo manualidades. La preparación fue pura diversión, repleta de risas y creatividad. En la fiesta, el ambiente estaba lleno de amor y alegría. Cada estudiante entregó con orgullo su regalo a otro compañero. La magia de la Navidad se sentía en sus corazones.

La señora López observó maravillada cómo los chicos habían aprendido no solo sobre otras culturas, sino que también habían cultivado el valor de dar y compartir.

La Navidad en la Escuela Aquiles Serdán se convirtió en una tradición que todos recordarían, y el espíritu navideño siguió vivo en cada pequeño gesto de amistad.

Así fue como un grupo de amigos transformó un simple concurso en una hermosa celebración, demostrando que la verdadera magia de la Navidad reside en lo que compartimos y en la alegría de estar juntos.

FIN.

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