La Navidad de la familia Felices
En una pequeña ciudad de Argentina vivía la familia Felices. Estaban compuestos por la mamá Clara, el papá Juan, los hermanitos Martín y Sofía, y por supuesto, el abuelo Tito. Los Felices eran conocidos por ser una familia muy unida, alegre y amorosa, pero este año, la Navidad estaba en peligro.
Todo comenzó cuando un malvado duende llamado Grinchito decidió robar toda la alegría de la Navidad. El Grinchito era conocido por ser un malvado bromista que disfrutaba arruinar las fiestas, y en esta ocasión, tenía un plan para llevarse la Navidad de los Felices.
El Grinchito comenzó a esparcir rumores de que la Navidad no era una fiesta especial, que no había motivo para celebrarla, y poco a poco, la gente de la ciudad empezó a creerle. Los adornos de Navidad desaparecieron, las luces no se encendieron y las sonrisas se esfumaron. La Navidad de la familia Felices estaba en peligro.
Pero los Felices eran una familia valiente y decidida, así que decidieron luchar contra el malvado Grinchito. Clara, Juan, Martín, Sofía y el abuelo Tito se reunieron en la sala y, tomados de la mano, prometieron que harían todo lo posible para recuperar la alegría de la Navidad. Decidieron salir a la calle, con sus corazones llenos de amor y esperanza, para mostrarle a todos que la Navidad era mucho más que regalos y luces.
Fueron casa por casa, cantando villancicos y compartiendo amor y amistad. Poco a poco, la gente comenzó a recordar lo hermoso que era celebrar la Navidad, y las sonrisas volvieron a sus rostros. La alegría de la Navidad había regresado a la ciudad, y todo gracias al esfuerzo y la valentía de la familia Felices.
Esa noche, la familia Felices celebró una Navidad inolvidable, llena de amor, risas y alegría. Se dieron cuenta de que lo más importante de la Navidad no eran los regalos ni los adornos, sino el amor y la unión familiar. El Grinchito se quedó sin su malvado plan, y la Navidad volvió a brillar más fuerte que nunca en la ciudad.
Y desde entonces, la familia Felices siguió celebrando cada Navidad con la misma alegría y amor, recordando siempre que juntos podían enfrentar cualquier desafío, y que la verdadera magia de la Navidad estaba en sus corazones.
FIN.