La Navidad de la generosidad



Había una vez una familia muy feliz compuesta por papá, mamá y dos hermanitos llamados Lucas y Martina. Se acercaba la Navidad y decidieron pasarla en una hermosa casa de campo que tenían en las afueras de la ciudad.

El día antes de Navidad, toda la familia se preparó para el viaje. Cargaron el auto con maletas llenas de ropa abrigada, regalos envueltos con papel brillante y mucha comida deliciosa para compartir durante las fiestas.

Cuando llegaron a la casa de campo, quedaron maravillados por su belleza. Estaba rodeada de árboles altos y tenía un gran jardín donde los niños podían jugar. La casa estaba decorada con luces parpadeantes y guirnaldas coloridas.

- ¡Qué linda está nuestra casita! - exclamó Martina emocionada. - Sí, es perfecta para celebrar la Navidad en familia - dijo papá sonriendo.

Esa noche, mientras tomaban chocolate caliente alrededor del fuego crepitante en la chimenea, decidieron hacer algo especial para ayudar a alguien necesitado durante las fiestas. - ¿Qué les parece si encontramos a alguien que esté solo o triste esta Navidad y lo invitamos a pasarla con nosotros? - propuso mamá. Todos estuvieron de acuerdo con esa idea tan generosa.

Así que al día siguiente salieron a buscar a alguien que pudieran ayudar. Caminaron por el pueblo cercano preguntando si conocían alguna persona que necesitara compañía en Nochebuena.

Después de varias preguntas, finalmente encontraron a Don José, un anciano que vivía solo en su pequeña casa. - ¡Hola Don José! ¿Cómo está? - saludó Martina con una sonrisa. - Hola, pequeña. Estoy bien, gracias - respondió el anciano con cierta tristeza en sus ojos cansados.

La familia le explicó a Don José sobre su idea de pasar la Navidad juntos y él aceptó la invitación emocionado. Juntos volvieron a la casa de campo y comenzaron los preparativos para la cena especial.

Mientras papá cocinaba un delicioso pavo al horno, mamá y los niños decoraban la mesa con velas y servilletas navideñas. Don José se sentía feliz de estar rodeado de tanto amor y alegría.

Cuando llegó la hora de comer, todos se sentaron alrededor de la mesa y compartieron historias divertidas y emocionantes. La risa llenaba el aire mientras disfrutaban de cada bocado sabroso. Después de cenar, decidieron abrir los regalos debajo del árbol.

Lucas recibió una bicicleta nueva y Martina una muñeca muy bonita. Pero lo más importante fue ver cómo Don José sonreía cuando abrió el regalo que le habían comprado: un álbum lleno de fotos antiguas para recordar momentos felices.

Esa noche, antes de irse a dormir, todos se reunieron en el jardín para mirar las estrellas brillantes en el cielo oscuro. Martina levantó sus brazos hacia arriba como si quisiera tocarlas. - Miren todas esas estrellas... Son como pequeños destellos de esperanza - susurró mamá.

- Sí, mamá. Y hoy hemos hecho feliz a Don José con nuestra compañía - dijo Lucas. - Así es, niños. La Navidad es un momento para compartir y hacer felices a los demás - concluyó papá.

Esa noche, la familia se acostó con corazones llenos de alegría y gratitud por haber tenido una Navidad tan especial. Aprendieron que el verdadero espíritu navideño no está en los regalos materiales, sino en el amor y la generosidad hacia los demás.

Y así fue como esta familia feliz en su casa de campo vivió una Navidad llena de magia y enseñanzas inolvidables.

FIN.

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