La Navidad de los Sueños Compartidos



Era una fresca mañana de diciembre en el barrio de Los Reyes, y todos los niños estaban emocionados porque se acercaba la Navidad. Brenda Pérez, que tenía una curiosidad inagotable, reunió a sus amigos en la plaza del barrio. Con una sonrisa resplandeciente, exclamó:

"¡Chicos, se me ocurrió una idea brillante para esta Navidad! ¡Hagamos algo especial!"

Sus amigos, José Soto, Fabiana Soto, yanye soto, Norelis Bracamonte, y Ada Godoy, la rodearon con ojos curiosos.

"¿Qué tenés en mente, Brenda?" preguntó Fabiana.

"¡Vamos a organizar una fiesta para todos los vecinos! Pero no será cualquier fiesta; ¡tendrá algo mágico!"

Enrique Rojas, que siempre estaba buscando la manera de ayudar, se acercó y dijo:

"¿Cómo podemos hacer una fiesta mágica?"

"Creamos un rincón de sueños. Cada familia puede traer algo que les gustaría compartir: un cuento, una canción, o incluso un juego. Luego haremos una gran celebración en el parque."

Todos se miraron con entusiasmo. Éxito asegurado. Pero también había un pequeño problema. Elian Soto, con su espíritu apasionado, advirtió:

"Pero... ¿cómo vamos a preparar todo eso en tan poco tiempo?"

Norelis, siempre optimista, respondió:

"¡Podemos dividir las tareas! Cada uno se encargará de algo. Yo puedo hacer volantes para invitar a todos."

"Y yo me encargaré de la música!" gritó Cheily Lares.

"Yo tengo una gran idea para un cuento que podemos contar en la fiesta!" agregó Meredith Lorca.

Así, empezaron a planear. Cada uno se asignó una tarea y, después de muchas horas de trabajo, el día de la fiesta llegó. El parque estaba decorado con luces brillantes y coloridas. Todos estaban felices, dispuestos a compartir lo que habían preparado.

Cuando la fiesta comenzó, todos los vecinos fueron llegando. El espectáculo iba desde historias contadas por Argenis Bracamonte hasta canciones alegres que hacían que todos bailaran, gracias a la música elegida por Cheily.

Brenda, desde el centro, inspirada, comenzó a contar su sueño:

"Hoy celebramos no solo la Navidad, sino la unión, la alegría y la amistad que compartimos. ¡Así que todos vamos a crear lo que hayan traído!"

Y así, cada familia compartió algo especial. José y Fabiana contaron un divertido cuento sobre un reno que quería volar. Yanye organizó juegos donde todos participaron, riendo y disfrutando.

El clima era de pura calidez. Justo en el momento más emocionante, un viento helado pasó, moviendo las luces de tantos colores. Brenda sintió en su corazón un pequeño temor.

"¿Y si algo sale mal?" murmuró casi sin querer.

Pero Enrique sonrió y la animó:

"Los sueños se hacen realidad cuando estamos juntos. Y estamos haciendo algo increíble aquí. ¡Confía!"

Brenda respiró hondo. De repente, apareció un niño pequeño del barrio, con los ojos llenos de admiración.

"¡Esto es mágico! No sabía que la Navidad podía ser así de linda!"

Los amigos se miraron, comprendiendo que su meta de hacer sonreír a otros se había cumplido. Lo que pensaban que podría ser solo una fiesta se convertía en una verdadera tradición de unión en su barrio cada año.

La fiesta terminó con todos juntos cantando una canción de alegría. Cuando cayó la noche, las estrellas brillaban más que nunca, como si celebraran también su unión. Mientras todos se despedían, Brenda sonrió y dijo:

"Así es como quiero que sea cada Navidad, llena de sueños compartidos."

Con el corazón contento, cada uno se fue a casa con el deseo de hacer más fiestas de sueños compartidos por muchos años, porque habían aprendido que juntos podían lograr lo que quisieran, y eso era, sin dudas, el verdadero espíritu de la Navidad.

FIN.

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