La Navidad de Melisa



Érase una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, vivía una familia muy especial. Melisa era la hija mayor y tenía dos hermanas más pequeñas llamadas Sofía y Valentina.

Aunque no tenían muchas cosas materiales, siempre se las arreglaban para ser felices juntos. La Navidad estaba llegando y Melisa sabía que tenía que hacer algo especial para su familia. Quería que todos recordaran esa Navidad como la más mágica de sus vidas.

Pero había un problema: no tenían dinero para comprar regalos ni adornos navideños. Un día, mientras paseaba por el pueblo, Melisa encontró un viejo libro en una tienda de segunda mano. El libro hablaba sobre cómo hacer manualidades con materiales reciclados.

A ella se le iluminó la cara al verlo y supo que había encontrado la solución perfecta. Melisa corrió a casa emocionada y les contó a sus hermanas sobre el libro mágico que había encontrado.

Juntas, decidieron poner manos a la obra y crear sus propios adornos navideños usando papel reciclado, cartones de huevos y botellas vacías. Durante semanas trabajaron duro en su proyecto secreto mientras sus padres se preguntaban qué estaban tramando las chicas.

Finalmente, llegó el día de Nochebuena y todo estaba listo. Cuando los padres entraron al salón principal, se quedaron asombrados al ver cómo las chicas habían transformado su modesta casa en un verdadero paraíso navideño.

Había guirnaldas hechas con cartones de huevos pintados, ángeles hechos con botellas plásticas cortadas e incluso un árbol de Navidad hecho con papel reciclado. Las lágrimas de felicidad rodaron por las mejillas de los padres mientras abrazaban a sus hijas.

"-¡Qué maravilla han hecho, chicas! ¡Es el mejor regalo que podríamos haber recibido!", exclamaron emocionados. Esa noche, la familia se sentó alrededor del árbol y compartieron una cena sencilla pero deliciosa. Cantaron villancicos, contaron historias y rieron juntos.

No necesitaban regalos costosos para ser felices; lo único que necesitaban era estar juntos y amarse unos a otros. Mientras las estrellas brillaban en el cielo, Melisa hizo un deseo: "Deseo que todos los niños del mundo puedan disfrutar de unas navidades tan especiales como esta".

Sus hermanas se unieron a su deseo y juntas formularon otro deseo: "Deseamos que todas las familias tengan amor y felicidad en sus corazones".

Y así fue como la humilde familia encontró la verdadera magia de la Navidad: no en los regalos materiales, sino en el amor compartido entre ellos. A partir de esa noche, cada año celebrarían la Navidad haciendo manualidades recicladas y ayudando a aquellos que más lo necesitaran.

La historia de Melisa y su familia corrió por todo el pueblo, inspirando a otras personas a hacer lo mismo. Y poco a poco, ese pequeño gesto se convirtió en una tradición navideña extendida por todo Argentina.

Desde entonces, cada vez que alguien veía una guirnalda hecha con cartón o un adorno hecho con botellas plásticas, recordaba la historia de Melisa y su familia, y recordaban que la verdadera magia de la Navidad no está en lo que tienes, sino en lo que das con amor.

FIN.

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