La Navidad de Noelia Belén
Noelia Belén era una niña muy especial. Su nombre significaba literalmente —"Navidad" en dos idiomas diferentes, lo que la hacía sentir única y llena de magia durante todo el año.
Un día, mientras paseaba por el parque, Noelia se encontró con un grupo de niños que estaban discutiendo sobre qué hacer para celebrar la Navidad. Uno de ellos dijo:- Yo quiero pedirle a Papá Noel muchos juguetes nuevos. - ¡Yo quiero comer tanto dulce como pueda! -dijo otro.
- Pero no nos olvidemos del verdadero significado de la Navidad -intervino Noelia-. Es una época para compartir amor y alegría con nuestros seres queridos. Los demás niños se quedaron mirando a Noelia con curiosidad.
Ella les explicó que aunque los regalos y la comida eran importantes, lo más valioso era pasar tiempo juntos y demostrar afecto hacia las personas que queríamos. A partir de ese momento, Noelia se convirtió en una especie de líder entre sus amigos.
Organizó actividades solidarias para ayudar a los más necesitados, como repartir comida caliente o visitar hogares de ancianos. También propuso juegos divertidos en los que todos pudieran participar sin importar su edad o habilidades.
Sin embargo, no todo fue fácil para Noelia. En cierta ocasión, uno de sus amigos le preguntó si ella realmente creía en la existencia del Niño Jesús y su nacimiento milagroso.
La niña respondió con sinceridad:- Yo no sé si es verdad o no. Lo importante es que esa historia nos recuerda cómo debemos tratar a los demás: con respeto, generosidad y compasión. Algunos de los niños la miraron extrañados, pero otros asintieron con aprobación.
Noelia se dio cuenta de que no todos pensaban igual, pero eso no la detuvo en su misión de hacer del mundo un lugar más amable y solidario.
La Navidad llegó finalmente, y Noelia celebró junto a sus amigos y familiares con una gran cena llena de platos típicos y dulces caseros. Pero lo mejor fue sentir el calor humano que emanaba de cada abrazo, cada sonrisa compartida y cada palabra amable.
Noelia se sintió muy feliz al ver cómo su mensaje había calado hondo en las personas que quería. Supo que había logrado transmitir un poco del espíritu navideño que llevaba dentro todo el año.
Y así, con esa sensación reconfortante en el pecho, se durmió soñando con nuevos proyectos para el futuro.
FIN.