La Navidad de Papá Noel Veraniego



Era un cálido diciembre en la casa de los hermanos Lautaro, Jazmín, Anahí y la pequeña Josefina. La brisa del verano entraba por la ventana mientras ellos se reunían en la sala para planear la decoración navideña.

"¿Por qué siempre hacemos lo mismo todos los años?" - preguntó Lautaro, el mayor, con su voz firme. "Este año deberíamos hacer algo diferente. Algo veraniego!"

"¿Cómo qué?" - inquirió Anahí, levantando una ceja intrigada. "No estoy tan segura sobre lo que querés decir..."

"¡Podemos hacer un Papá Noel veraniego!" - exclamó Jazmín, emocionada. "Imaginen: será un Papá Noel con sandalias, gorra, y en vez de renos, ¡un surfista con tablas de surf!"

"¡Sí! ¡Me encanta la idea!" - gritó Josefina, saltando de alegría. "Podemos hacer que Papá Noel venga a dejarnos los regalos en la playa!"

Los hermanos se pusieron de acuerdo y comenzaron a sacar materiales de la casa. Durante horas, cortaron cartulinas, pintaron, y llenaron las cajas de adornos con conchitas de mar y estrellas de colores.

De repente, al buscar entre las cosas del ático, Lautaro encontró un viejo disfraz de Papá Noel. La mente de Lautaro comenzó a trabajar rápido.

"¿Y si aprovechamos esto? ¡Podemos transformarlo!" - dijo mientras mostraba el disfraz. "Vamos a convertirlo en algo fresco y divertido!"

Jazmín imaginó cómo podrían decorarlo.

"Podemos cortarle las mangas y ponerle un short! Y con un poco de pintura, ¡lo hacemos ver como un verdadero Papá Noel de verano!" - sugirió, con sus ojos brillando.

Anahí y Josefina no podían contener la risa ante la idea y, juntas, comenzaron a buscar pinturas de colores y accesorios veraniegos. En un momento, Papá Noel ya estaba tomando forma con su nuevo atuendo.

Al día siguiente, justo cuando estaban colocando la figura en el jardín, comenzó a soplar un fuerte viento. De repente, su Papá Noel veraniego salió volando y aterrizó justo en la playa, donde estaban algunos de sus amigos del barrio.

"¡Miren! ¡Es Papá Noel!" - gritó uno de los chicos, corriendo hacia él. "Él está de vacaciones!"

Los hermanos estaban un poco avergonzados, pero se unieron a la diversión y comenzaron a jugar con los demás.

"Vean, este no es un Papá Noel normal. ¡Él viene a traer la alegría del verano!" - dijo Lautaro, tomando el sombrero de paja que tenía Papá Noel. "¿Qué les parece si hacemos una fiesta navideña en la playa?"

Los niños estuvieron de acuerdo, y juntos organizaron una gran celebración.

Al caer la tarde, hicieron una soga de luces alrededor del espacio, llevaron snacks y montaron juegos.

"A esta celebración le falta algo..." - pensó Anahí, mientras miraba el cielo. "¡Vamos a usar el disfraz de Papá Noel!"

Entonces decidieron que uno de los adultos se lo pondría y así, todo resultó en una gran fiesta. El disfraz de Papá Noel añadió un toque especial y todos disfrutaron de la calidez del verano, riendo y jugando en la playa.

Al final, los hermanos se dieron cuenta de que a veces, las mejores navidades son aquellas en donde se combina la diversión, la creatividad y el tiempo con amigos.

"Este fue el mejor verano navideño de todos" - dijo Josefina, con una sonrisa. "¡Hagámoslo cada año!"

"¡Sí! ¡Cada año!" - respondieron sus hermanos, entusiasmados.

Y así, lo que comenzó como una simple idea para decorar se convirtió en una tradición que recordarían siempre. En su corazón, tuvieron la certeza de que lo más importante no era cómo se celebraba, sino con quiénes se compartía. La navidad, así, se llenó de risas, alegría y, sobre todo, cariño.

FIN.

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