La navidad de Sara y Martín
Sara era una elfa muy especial. Siempre estaba dispuesta a ayudar a Santa Claus en todo lo que necesitara.
Desde envolver regalos hasta cuidar de los renos, ella siempre estaba ahí para asegurarse de que todo estuviera listo antes de la Navidad.
Un día, mientras Sara se encontraba preparando el taller de juguetes, Santa Claus la llamó:"-¡Sara! ¡Ven aquí por favor!"Sara corrió hacia donde se encontraba Santa y preguntó: "-¿Qué sucede, Santa?"Santa le sonrió y dijo: "-Sara, este año quiero hacer algo diferente. Quiero que salgas al mundo humano y veas cómo es la vida fuera de nuestra tierra mágica. "Sara se sorprendió ante esta propuesta inesperada.
Nunca había salido de la tierra de Santa Claus y no sabía qué esperar en el mundo humano. "-Pero... ¿y quién cuidará del taller mientras estoy fuera?", preguntó Sara preocupada. Santa Claus la tranquilizó diciendo: "-No te preocupes, Sara.
Los demás elfos estarán encantados de ayudarme mientras tú estás ausente. "Con un poco de nerviosismo pero también emocionada por esta nueva aventura, Sara aceptó el desafío.
Se despidió cariñosamente de todos los elfos y subió al trineo junto con uno de los renos más confiables. El trineo voló a través del cielo nocturno hasta llegar a un pequeño pueblo en Argentina llamado Villa Navidad. Era un lugar hermoso lleno de luces brillantes y decoraciones navideñas.
Al bajar del trineo, Sara quedó maravillada con todo lo que veía. Se encontró con niños jugando en la nieve, adultos decorando sus casas y una gran expectativa por la llegada de la Navidad. Sara decidió comenzar su aventura visitando a un niño llamado Martín.
Martín era un niño muy triste y solitario. Sus padres trabajaban mucho y no tenían tiempo para pasar con él, lo que hacía que se sintiera abandonado.
Sara se acercó a Martín y le dijo: "-Hola, soy Sara, una elfa del taller de Santa Claus. He venido aquí para traerte un poco de alegría. "Martín levantó la cabeza sorprendido y preguntó: "-¿De verdad? ¿Puedes hacer eso?"Sara sonrió y respondió: "-Claro que sí.
Pero primero necesito tu ayuda. ¿Me ayudarías a repartir regalos a los demás niños del pueblo?"Los ojos de Martín se iluminaron al escuchar esto. Nunca había tenido la oportunidad de hacer algo tan especial.
Juntos, Sara y Martín prepararon el trineo con regalos para todos los niños del pueblo. Recorrieron cada calle entregando sonrisas y felicidad a quienes más lo necesitaban. A medida que pasaba el tiempo, Sara notaba cómo la alegría iba llenando el corazón de Martín.
Le enseñó sobre el valor de compartir e hizo entender que no importa cuán pequeños sean nuestros actos, siempre pueden tener un impacto positivo en los demás.
Al finalizar su visita en Villa Navidad, Sara volvió al taller junto a Santa Claus. Ambos estaban felices por el éxito de esta aventura. "-Sara, estoy muy orgulloso de ti", dijo Santa Claus.
"Has demostrado que la magia de la Navidad está en el amor y la generosidad que podemos compartir con los demás. "Sara sonrió y respondió: "-Gracias, Santa. Ha sido una experiencia maravillosa. Ahora sé que mi propósito es ayudar a llevar alegría a todos los niños del mundo.
"Desde ese día, Sara se convirtió en una elfa aún más valiosa para Santa Claus. Juntos, continuaron llevando regalos y felicidad a todos los rincones del mundo.
Y así, el maravilloso mundo de Santa Claus siguió llenando de magia y amor la vida de las personas durante cada Navidad.
FIN.