La Navidad en Casa Suchard
Era una fría mañana de diciembre en la casa Suchard, un hogar lleno de aroma a chocolate y risas. Los Suchard eran una familia muy unida que amanecía cada año con mucha alegría al acercarse la Navidad.
Nicolás, el pequeño de la casa, estaba emocionado porque esa noche se encargaría de decorar el árbol de Navidad junto a su familia. Mientras él fantaseaba con las luces y los adornos, su hermana mayor, Sofía, decidió sacar al patio su gran amigo, el reno Tito.
"¡Vamos, Tito! Hay que ayudar a decorar la casa para la fiesta de esta noche!" - exclamó Sofía con una gran sonrisa.
Tito, un reno muy juguetón, movió sus orejas y saltó con ganas. Siempre seguía a Sofía a donde fuera. El reno era un regalo de sus abuelos, y aunque era un poco diferente a los otros renos —sólo tenía un cuerno—, era especial para la familia Suchard.
Mientras tanto, Nicolás estaba intentando desenredar las luces navideñas que se habían guardado el año anterior. Sufrió un poco, pero al final logró hacer la tarea con mucho esfuerzo.
"¡Mirá, Sofía! ¡Logré desenredarlas!" - gritó con orgullo.
"¡Sos un campeón, Nico! Ahora vamos a ponerlas en el árbol, ¡tengo muchas ganas de que brille!" - respondió ella, feliz por la ayuda de su hermano.
Esa tarde, la familia se unió en la sala. Las luces parpadeaban con colores brillantes y el aroma del chocolate caliente estaba en el aire. La mamà Suchard había preparado una deliciosa receta de galletitas de Navidad y todos estaban listos para disfrutar de un momento mágico.
De repente, empezaron a sonar campanitas.
"¿Qué es eso?" - preguntó Nicolás asustado.
"Suena como si alguien estuviera en la puerta. ¡Voy a ver!" - dijo Sofía y corrió a abrir.
Al abrir la puerta, ¡sorpresa! Era su vecino, el Sr. Gómez, vestido de Santa.
"¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad, vecinos! Vine a ayudarles a envolver los regalos de su fiesta." - dijo el Sr. Gómez con una risa contagiosa.
La familia se reunió con el Sr. Gómez en la sala, y comenzaron a envolver regalos de una manera muy divertida. Hicieron una competencia para ver quién podía envolver más regalos en cinco minutos.
"Yo voy a ganar, ¡mirá mi técnica!" - exclamó Nicolás mientras trataba de atar un moño gigante.
Pero cuando el reloj sonó, todos tenían regalos envueltos, pero todavía se escuchaban ruidos extraños.
"Esa vez no creo que sea solo un sonido de la casa, debe haber algo más..." - comentó la mamà, tomando nota de que el sonido parecía venir del patio.
Tito, el reno, salió corriendo al patio. Al seguirlo, la familia encontró un pequeño duende con un sombrero verde.
"¡Hola! Soy Pipo, el duende de la Navidad. Estaba buscando el camino a mi casa y me perdí. Estoy muy asustado..." - dijo Pipo con una voz temblorosa.
La familia Suchard se miró sorprendida, pero rápidamente rodearon al duende con cariño.
"No te preocupes, Pipo. ¡Estás a salvo aquí!" - dijo Sofía, sonriendo.
"Podemos ayudarte a volver a casa. Ya que estamos en Navidad, haremos una fiesta para que encuentres el camino más fácil" - agregó Nicolás emocionado.
Así que, en un abrir y cerrar de ojos, la casa Suchard se convirtió en un verdadero centro de fiesta navideña. Había luces, música, galletitas y, por supuesto, mucho chocolate.
El Sr. Gómez - el vecino Santa - ayudó a reunir a más niños del barrio para que Pipo no se sintiera solo. Todos juntos comenzaron a cantar villancicos mientras Tito, el reno, los seguía brincando.
Finalmente, después de un día lleno de risas, cálidos abrazos y dulces compartidos, Pipo, el duende, encontró su camino hacia casa.
"¡Gracias, amigos! Nunca olvidaré lo bien que me trataron. ¡Feliz Navidad!" - exclamó Pipo y, con un parpadeo mágico, desapareció en una nube de brillo.
La familia Suchard se despidió de Pipo con el corazón contento. La Navidad era un tiempo de compartir y ayudar, y esa fiesta les había dado a todos esa lección. Así, el hogar Suchard, iluminado y lleno de amor, siguió siendo el centro de muchas más Navidades mágicas y memorables.
Y desde aquel día, cada vez que empezaba diciembre, todos en el barrio recordaban que lo más importante de la Navidad era estar juntos y ayudar a los demás.
FIN.