La Navidad en el Pueblo de las Estrellas
En un pequeño pueblo llamado Estrellita, donde las luces brillaban como estrellas en el cielo, los habitantes se preparaban para la Navidad. Cada año, el pueblo organizaba una gran fiesta con luces, música y sorpresas. Pero este año, algo extraño estaba ocurriendo: la estrella que adornaba el árbol de Navidad central había desaparecido.
Los niños del pueblo, entre ellos Lucas, Clara y Mateo, decidieron que no podían permitir que la Navidad se arruinara.
"¡No puede ser!" - dijo Lucas, mientras miraba desolado el árbol vacío.
"¡Hay que encontrarla!" - exclamó Clara con determinación.
"Sí, tiene que haber alguna pista en el pueblo" - sugirió Mateo.
Los tres amigos se pusieron a investigar. Su primera parada fue la plaza donde la anciana Rosa, la sabia del pueblo, vendía sus deliciosas galletitas.
"Hola, Rosa. ¿Has visto por casualidad la estrella que estaba en el árbol?" - preguntó Clara.
"Hmm..." - dijo Rosa, masticando una galletita. "No la he visto, pero si quieren un consejo, siempre es bueno mirar hacia el lugar donde brilla más la luz".
Los niños se miraron y decidieron ir al mirador del pueblo, un lugar muy alto donde podían ver todo lo que sucedía a su alrededor. Al llegar, notaron un resplandor extraño proveniente de la cueva de la montaña.
"¿Qué será eso?" - se preguntó Lucas.
"¡Vamos a averiguarlo!" - dijo Mateo, llenándose de valentía.
Los amigos se acercaron a la cueva y, de repente, escucharon un suave murmullo.
"¿Hola?" - gritó Clara con timidez.
El murmullo se convirtió en risas y, para su sorpresa, ¡una pequeña criatura salió de la oscuridad! Era un duende llamado Tico.
"¡Hola, amigos!" - saludó Tico, agitando sus manos. "Soy el duende de la Navidad y he traído la estrella para hacer una prueba".
"¿Una prueba?" - preguntó Lucas, intrigado.
"Sí. La estrella simboliza la esperanza y la unión. Este año, quería ver si los habitantes de Estrellita podían unirse para reponerla, ya que la Navidad se trata de compartir y ayudar a los demás" - explicó Tico.
Los niños comprendieron que no se trataba solo de encontrar la estrella. Debían demostrar que podían colaborar y que la comunidad era lo más importante.
"¡Organizaremos una recolección de juguetes y comida para aquellos que lo necesiten!" - sugirió Clara.
Y así, los amigos comenzaron a planear cómo unir a todo el pueblo. Reunieron a los vecinos, explicaron la situación y todos se pusieron a trabajar juntos.
Durante días, la gente de Estrellita donó lo que pudo. Se formaron grupos para hacer galletas, armar juguetes y preparar canastas con comestibles.
Finalmente, llegó la víspera de Navidad y se celebró una gran fiesta en la plaza. El árbol, ahora adornado con los obsequios y la colaboración de todos, brillaba intensamente. Pero la estrella aún faltaba.
Tico apareció nuevamente, esta vez con la estrella en sus manos.
"¡Han demostrado ser un gran equipo! Aquí está la estrella de la Navidad. Ustedes son el verdadero espíritu navideño" - dijo, colocándola en la cima del árbol.
Los habitantes aplaudieron y se abrazaron, llenos de alegría.
"¡Gracias, Tico!" - gritaron a coro. "Hemos aprendido que la Navidad es más que luces; es la unión y ayudar a quienes más lo necesitan".
Desde ese día, el pueblo de Estrellita no solo celebró la Navidad con luces y regalos, sino también con un espíritu solidario, ayudando a todos los que lo necesitaban. Y cada año, los niños recordaban querían a su estrella como símbolo de ese hermoso aprendizaje sobre la unión y la generosidad.
Así, la Navidad en Estrellita se convirtió en una tradición inspiradora, donde todos colaboraban para que el verdadero espíritu festivo brillara aún más que las estrellas.
FIN.