La Navidad Mágica de 2ºF
Era diciembre y en el colegio El Valle todos los niños de 2ºF estaban emocionados porque se acercaba la Navidad. Lucía, la más entusiasta del grupo, propuso organizar una fiesta navideña.
"¡Chicos, tenemos que hacer una fiesta para celebrar la Navidad!" - dijo Lucía mientras saltaba de felicidad.
"¡Sí!" - exclamó Tomás "Podemos hacer un árbol de Navidad gigante con cartones y decoraciones de papel!"
"Y galletitas! No olvidemos las galletitas!" - agregó Valentina, quien siempre se ocupaba de la cocina en su casa.
Los niños comenzaron a planear la fiesta en cada recreo. Hicieron una lista de todo lo que necesitaban: un árbol, adornos, luces, y muchas galletitas. Un día, mientras pensaban cómo conseguir todo, Juanito, el más tímido del grupo, levantó la mano y dijo,
"Me acuerdo que mis abuelos tienen muchas decoraciones viejas en su casa. Si les pido, tal vez me den algunas para nuestra fiesta!"
"¡Eso es genial, Juanito!" - animó Lucía.
Con el plan en marcha, los niños se dividieron en grupos. Mientras algunos se encargaron de crear el árbol de cartón, otros fueron a la casa de Juanito a buscar las decoraciones. Cuando regresaron, todos quedaron maravillados.
"¡Miren cuántas cosas!" - gritó Valentina.
"¡Hay luces, estrellas, y hasta esferas de colores!" - añadió Santiago.
Al siguiente día, se pusieron manos a la obra. Entre risas y canciones navideñas, armaron el árbol y decoraron el salón de clases. Pero, justo cuando estaban por poner la última estrella en la cima del árbol, se dieron cuenta de que no tenían suficientes adornos.
"¡Oh no! No puede ser, ¡nos faltan tantas cosas!" - se quejaron todos, viendo el árbol aún un poco deslucido.
"No se preocupen, juntos podemos arreglarlo" - dijo Lucía con confianza.
"¿Y si hacemos nuestras propias decoraciones?" - propuso Tomás.
"¡Claro! Podemos crear estrellas de papel y hacer guirnaldas con hilo y plastilina!" - sugirió Valentina emocionada.
Así fue como los niños de 2ºF se fueron a casa esa tarde y cada uno llevó materiales que tenían en sus casas. Al día siguiente, el aula estaba llena de colores y creatividad. Cada niño hizo su propia decoración, llenando el salón de alegría y risas.
Finalmente, llegó el día de la fiesta. Todos los padres fueron invitados para disfrutar de las creaciones de sus hijos. Cuando entraron al salón, sus rostros se iluminaron.
"¡Qué hermoso árbol!" - decía la mamá de Juanito.
"¡Y las galletitas! ¡Huelen divinas!" - añadía el papá de Valentina, saboreando las Cookies.
La fiesta estuvo llena de música, juegos y, sobre todo, amistad. En un momento, Lucía tomó el micrófono y dijo:
"Gracias a todos por ayudar a hacer de esta Navidad algo especial. Aprendimos que no se necesita mucho para disfrutar, solo amor y amistad."
"¡Feliz Navidad!" - gritaron todos al unísono.
Y así, los niños de 2ºF del colegio El Valle vivieron una Navidad mágica, recordando que la verdadera celebración no está en los adornos o en lo que uno tiene, sino en el tiempo compartido con los seres queridos y la alegría de crear juntos.
FIN.