La Navidad mágica de los tres amigos


Era la noche de Navidad y Simón, Isabella y Bautista estaban muy emocionados. Habían esperado todo el año para esta fecha especial, ya que habían oído que Santa Claus venía a visitar a todos los niños buenos del mundo.

Los tres amigos se sentaron junto al árbol de Navidad, rodeados de regalos envueltos en papel brillante y colorido. Miraron el reloj ansiosamente, contando los minutos hasta que llegara la medianoche.

"¡Ya casi es hora!", exclamó Isabella con entusiasmo. "Estoy tan emocionado", dijo Simón. "Siempre he querido conocer a Santa Claus". Bautista asintió con la cabeza. "Sí, yo también quiero verlo. He sido un niño bueno este año".

De repente, escucharon un ruido extraño afuera de la casa. Los tres amigos se miraron entre sí con sorpresa. "¿Qué fue eso?", preguntó Simón. "No lo sé", respondió Isabella con voz temblorosa.

Bautista se levantó y caminó hacia la ventana para ver qué estaba pasando afuera. De repente, gritó emocionado: "¡Es él! ¡Es Santa Claus!". Simón e Isabella corrieron hacia la ventana para ver por sí mismos.

Allí estaba él: vestido de rojo y blanco, montado en su trineo mágico tirado por renos voladores. Los tres amigos salieron corriendo fuera de la casa para saludarlo. Cuando llegaron cerca del trineo, Santa les sonrió amablemente y les entregó unos regalos envueltos en papel de colores brillantes. "¡Feliz Navidad, chicos!", dijo Santa.

"Es un placer conocer a tres niños tan buenos". Los ojos de Simón, Isabella y Bautista se iluminaron con alegría al recibir los regalos. Miraron hacia el cielo mientras Santa Claus desaparecía en la noche oscura.

"¡Fue increíble! ¡Realmente lo vi!", exclamó Isabella emocionada. "¡Sí! ¡Y nos trajo regalos!", agregó Bautista. Simón sonrió y tomó sus amigos de las manos. "Esta fue la mejor Navidad de todas", dijo.

"Y es gracias a nuestra amistad y bondad que pudimos conocer a Santa Claus". Los tres amigos volvieron a entrar en la casa, abrazados y felices por haber vivido una experiencia tan maravillosa juntos.

Y sabían que nunca olvidarían esa noche mágica de Navidad en la que conocieron al hombre más famoso del mundo: Santa Claus.

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