La niña de la hamaca y la casa azul junto al arroyo
Había una vez en un pequeño pueblo cerca de un hermoso arroyo, una niña llamada Sofía.
Sofía vivía en una acogedora casa azul con techo de paja junto al arroyo, donde pasaba sus días jugando en una hamaca colgada de un árbol. Un día, mientras se mecía en su hamaca, Sofía se preguntaba cómo podría hacer que su amado arroyo se viera aún más bello. Decidió pedir ayuda a sus amigos del pueblo.
Caminó alegremente por las calles, buscando a sus vecinos. -¡Hola Juan! ¿Quieres ayudarme a embellecer el arroyo con flores hermosas? - le preguntó a su amigo. -¡Claro que sí, Sofía! Será genial trabajar juntos para hacerlo más bonito - respondió Juan emocionado.
Pronto, otros niños del pueblo se unieron a la misión. Juntos, buscaron las flores más coloridas y plantaron hermosos jardines a lo largo de las orillas del arroyo. Con el tiempo, el arroyo se transformó en un lugar mágico, lleno de vida y color.
Los habitantes del pueblo y los visitantes venían a admirar la belleza del arroyo, y Sofía se sentía orgullosa de haber liderado ese cambio.
La niña de la hamaca y la casa azul junto al arroyo demostró que, con trabajo en equipo y determinación, se puede embellecer y mejorar el entorno. Y así, el arroyo se convirtió en un símbolo de la unión y la colaboración de la comunidad.
FIN.