La Niña de la Luna Llena



En una remota tribu de indios venezolanos, nació una niña durante una mágica noche de luna llena.

Sus padres, llamados Camila y José, la llamaron Luna en honor a la hermosa luz que iluminaba el cielo en el momento de su nacimiento. Desde pequeña, Luna mostró un interés especial por la naturaleza y el entorno que la rodeaba. Pasaba horas observando las estrellas, escuchando el canto de los pájaros y explorando los rincones secretos del bosque.

- '¡Luna, mi niña, tienes un espíritu tan curioso y aventurero!', exclamaba su madre. - 'Sí, mamá, me siento conectada con todo lo que me rodea. La naturaleza me habla y quiero aprender todo sobre ella', respondía Luna con entusiasmo.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Luna se encontró con un anciano sabio llamado Taita Oscar. Él la miró con una sonrisa y le dijo: 'Luna, siento una energía especial en ti.

Tienes el don de comprender y comunicarte con la naturaleza de una manera única'. Intrigada, Luna decidió seguir los consejos de Taita Oscar y aprender de él todo lo que pudiera. Con el tiempo, Luna se convirtió en una joven sabia y respetada en su tribu.

Descubrió que podía sanar plantas con sus manos, hablar con los animales y predecir el clima. Su conexión con la naturaleza asombraba a todos. Un día, la tribu enfrentó una sequía devastadora que afectaba la cosecha y la supervivencia de todos.

Luna decidió buscar una solución y, tras meditar en soledad, descubrió las semillas de una planta especial capaz de resistir la sequía. Con su don, ayudó a crecer estas plantas y salvó a su tribu.

A partir de ese día, Luna fue conocida como la 'Guardiana de la Naturaleza' y enseñó a su tribu la importancia de cuidar y respetar el entorno.

Su legado perdura hasta el día de hoy, recordando que todos podemos tener un gran impacto si escuchamos y protegemos a la madre naturaleza.

FIN.

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