La niña de los animales salvajes



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de verdes montañas y ríos cristalinos, una niña llamada Mariela. Desde que era muy pequeña, Mariela mostraba un amor especial por la naturaleza y los animales.

Pasaba horas observando las mariposas revolotear entre las flores, escuchando el canto de los pájaros al amanecer y cuidando a todos los animalitos que encontraba en su camino.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Mariela se encontró con un zorrito herido. El pobrecito tenía una patita lastimada y no podía moverse. Sin dudarlo un segundo, Mariela lo tomó en brazos y decidió llevarlo a su casa para curarlo.

Al llegar a su hogar, Mariela limpió con cuidado la herida del zorrito y le dio agua y comida. Durante días, lo cuidó con amor y paciencia hasta que finalmente el zorrito sanó por completo.

Agradecido, el pequeño animalito no se separaba ni un segundo de la niña, convirtiéndose en su fiel compañero. Los días pasaban y la amistad entre Mariela y el zorrito crecía cada vez más fuerte. Juntos exploraban el bosque, ayudaban a los animales necesitados y aprendían cosas nuevas sobre la naturaleza.

Pero un día todo cambió cuando una feroz tormenta azotó la región. El río cercano creció descontroladamente debido a las intensas lluvias y muchos animales del bosque quedaron atrapados sin poder salir.

Al enterarse de la situación, Mariela sabía que tenía que hacer algo para ayudarlos. Sin pensarlo dos veces, junto con su fiel amigo zorrito, idearon un plan para rescatar a los animales en peligro.

Construyeron balsas improvisadas con troncos y hojas para navegar por el río crecido y llegar hasta donde estaban los animales atrapados. "¡Vamos amigo! ¡No podemos rendirnos ahora! Necesitan nuestra ayuda", exclamaba Mariela mientras remaban con fuerza hacia donde se escuchaban los gritos de auxilio de los animales.

Gracias al coraje y determinación de Mariela, lograron rescatar a todos los animales atrapados antes de que fuera demasiado tarde. La noticia sobre la valentía de la niña se esparció rápidamente por todo el pueblo, convirtiéndola en una heroína local.

Desde ese día en adelante, Mariela siguió dedicando su vida a proteger la naturaleza y ayudar a los animales necesitados. Se convirtió en defensora del medio ambiente e inspiró a muchos otros niños a seguir sus pasos.

Y así fue como Mariela demostró que con amor, valentía y compromiso se pueden lograr grandes cosas para hacer del mundo un lugar mejor tanto para nosotros como para todas las criaturas que lo habitan.

FIN.

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