La niña impecable



Había una vez en la Escuela Primaria "Rayitos de Sol", una niña llamada Lina que destacaba por ser muy ordenada y tener excelentes hábitos higiénicos.

Siempre se lavaba las manos antes de comer, cepillaba sus dientes después de cada comida y mantenía su pupitre impecablemente organizado. Un día, durante el recreo, un grupo de niños se acercó a Lina mientras ella tomaba agua en la fuente.

Entre risitas y miradas burlonas, uno de los chicos dijo: "- ¡Miren a la niña perfecta con sus hábitos raros! ¿Por qué te importa tanto estar siempre tan limpia?". Lina, sin perder la calma, respondió con amabilidad: "- Me gusta cuidar mi cuerpo y mi salud.

Creo que es importante mantenernos limpios para prevenir enfermedades y sentirnos bien con nosotros mismos". Los niños no estaban convencidos y continuaron molestando a Lina durante los días siguientes.

Le ponían apodos como "Señorita Limpiadora" o le hacían bromas pesadas cuando veían que se lavaba las manos antes de merendar. A pesar de todo, Lina siguió adelante con sus hábitos higiénicos sin dejarse afectar por las burlas.

Un viernes, la maestra anunció que habría una competencia entre todos los alumnos para elegir al "Niño o Niña Ejemplo" del mes, aquel que demostrara valores importantes dentro y fuera del aula. Los estudiantes debían nominar a un compañero, y para sorpresa de muchos, varios eligieron a Lina.

Cuando llegó el momento de votar, la mayoría decidió que Lina era realmente un ejemplo a seguir por su dedicación a mantenerse limpia y promover la importancia de los hábitos higiénicos entre sus compañeros.

La directora del colegio felicitó a Lina frente a toda la escuela y le entregó un diploma como reconocimiento por su actitud positiva.

Desde ese día en adelante, los niños comprendieron que tener buenos hábitos higiénicos no era motivo de vergüenza ni motivo de burlas; al contrario, era algo digno de admiración. Aprendieron que cuidar su cuerpo era parte fundamental del autocuidado y el respeto hacia sí mismos y hacia los demás.

Lina continuó siendo un ejemplo en la Escuela "Rayitos de Sol", pero esta vez no solo por sus hábitos higiénicos impecables, sino también por su valentía al enfrentar las críticas con amor propio y respeto hacia los demás. Y así, juntos construyeron un ambiente escolar más saludable y feliz para todos.

FIN.

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