La niña, la caracola y los monstruos marinos


Había una vez una niña llamada Luna, a la que le encantaba explorar y descubrir los secretos del mar. Un día, mientras paseaba por la playa, encontró una hermosa caracola brillante.

Al acercarse, la caracola emitió un ligero sonido, como si estuviera llamando a Luna. Intrigada, la niña la tomó en sus manos y la escuchó atentamente. Escuchó una voz suave que le dijo: 'Soy Coral, la caracola del mar, y tengo muchos secretos para compartir contigo'.

A partir de ese momento, Luna y Coral se convirtieron en grandes amigas y compartieron muchas aventuras juntas. Un día, durante una de sus excursiones, se toparon con unos monstruos marinos que parecían muy tristes.

Luna se acercó con curiosidad y les preguntó por qué estaban tan abatidos. Los monstruos le contaron que se sentían solos porque nadie quería ser amigo de seres tan diferentes a ellos. Luna, con su corazón valiente, les dijo: 'Yo quiero ser su amiga.

No importa cómo se vean, lo que importa es quiénes son por dentro'. Los monstruos se sintieron conmovidos por las palabras de Luna y, agradecidos, decidieron mostrarle los tesoros escondidos del fondo del mar.

Durante su recorrido, Luna y sus nuevos amigos descubrieron cuevas misteriosas, algas brillantes y peces de colores asombrosos. Los monstruos se dieron cuenta de que la amistad de Luna les había brindado una nueva alegría, y Luna aprendió que la verdadera amistad no conoce fronteras ni prejuicios.

Desde ese día, los cuatro amigos exploraron juntos los secretos del mar, compartiendo risas, aventuras y, sobre todo, el valor de la verdadera amistad.

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