La niña llamada Sol



En un tranquilo pueblo perdido en las sierras, vivía una niña llamada Sol. Sol era una niña curiosa, alegre y con un espíritu aventurero.

Le encantaba explorar los rincones de su pueblo, descubrir nuevos tesoros escondidos y aprender sobre la naturaleza que la rodeaba. Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con una ardilla llamada Pelusa. - ¡Hola, Sol! ¿Qué haces por aquí? - preguntó Pelusa. - Estoy explorando y buscando aventuras nuevas - respondió Sol con entusiasmo.

Pelusa sonrió y le propuso a Sol jugar a un juego llamado 'La búsqueda del tesoro'. Juntas recorrieron el bosque en busca de pistas que las llevaran al tesoro escondido.

En su recorrido, se encontraron con otros animales del bosque, como el conejo Saltarín y el búho Sabio, quienes se unieron a la búsqueda. Cada uno aportaba sus habilidades y conocimientos para resolver las pistas y avanzar en la aventura.

Después de superar varios desafíos, finalmente encontraron el tesoro: un cofre lleno de semillas de plantas y árboles.

Pelusa explicó que el verdadero tesoro era la naturaleza misma, y que el cuidado de las plantas y árboles era fundamental para el equilibrio del bosque y el bienestar de todos los seres vivos. Sol y sus amigos decidieron plantar las semillas juntos, prometiendo cuidar de ellas y verlas crecer. A partir de ese día, Sol comprendió la importancia de cuidar el medio ambiente y compartir su conocimiento con los demás.

Se convirtió en la guardiana del bosque, enseñando a otros niños la importancia de respetar y proteger la naturaleza. Y así, la niña llamada Sol iluminó el corazón de su pueblo con su amor por la naturaleza y su espíritu aventurero.

FIN.

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