La niña que amaba comer manzanas en primavera



Había una vez una niña llamada Sofía, a quien le encantaba la primavera. Le gustaba ver cómo los árboles se llenaban de flores y cómo el sol brillaba en el cielo.

Pero lo que más le gustaba de la primavera eran las deliciosas manzanas que crecían en los árboles. Sofía siempre salía a jugar al aire libre y disfrutaba de una sabrosa manzana mientras contemplaba el paisaje.

Un día, mientras paseaba por el campo, conoció a un hombrecito muy especial llamado Tito, que vivía en un árbol de manzanas. Tito, un duende travieso, le contó a Sofía que las manzanas de su árbol eran mágicas y que le darían fuerza y alegría si las comía.

A cambio, le pidió a Sofía que lo ayudara a proteger el árbol de la codicia de algunos adultos que querían quedarse con todas las manzanas para venderlas. Juntos, idearon un plan para proteger el árbol.

Sofía convocó a sus amigos del barrio, quienes, con entusiasmo, la ayudaron a construir un cerco alrededor del árbol para protegerlo. Tito, agradecido, les regaló a cada uno una manzana mágica.

Desde ese día, la amistad entre Sofía y Tito creció, y la niña nunca más volvió a comer una manzana en primavera sin agradecer al árbol y a su pequeño amigo. Y, cada primavera, los niños del barrio se reunían para celebrar la amistad y el amor por la naturaleza.

La historia de Sofía y Tito se convirtió en una inspiración para todos.

FIN.

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