La niña que encontró la magia del desayuno
Había una vez una niña llamada Lola que todos los días se negaba a desayunar. Su mamá intentaba convencerla con deliciosos cereales, frutas frescas y pan tostado, pero Lola siempre ponía caras largas y se resistía a comer.
Su mamá, preocupada, decidió pedir ayuda a la abuela, una sabia mujer llena de historias y magia. "Abuelita, ¿cómo puedo hacer que Lola desayune?", preguntó la mamá.
"Tranquila, hija, tengo una idea", respondió la abuela con una chispa de picardía en los ojos. Al día siguiente, la abuela llegó con una caja mágica llena de sorpresas. "Lola, hoy en lugar de desayunar en la mesa, vamos a desayunar en el jardín", anunció la abuela con entusiasmo.
Esa mañana, Lola descubrió que desayunar al aire libre era una experiencia maravillosa. Mientras comía, observaba cómo los pájaros cantaban, las flores se mecían con el viento y el sol salía lentamente.
Esa misma tarde, la abuela propuso a Lola hacer un juego: juntar ingredientes saludables y preparar juntas un desayuno mágico. Lola aceptó emocionada y, con risas y aventuras en la cocina, prepararon un desayuno nutritivo y delicioso. Desde entonces, Lola disfrutaba desayunar y probaba nuevas recetas con su abuela.
Finalmente, comprendió que el desayuno no solo nutría su cuerpo, sino también su corazón. A partir de ese día, desayunar se convirtió en un momento especial para compartir en familia.
La magia de la abuela y la curiosidad de Lola habían transformado algo cotidiano en una hermosa aventura.
FIN.