La niña que hizo posible el triunfo



Había una vez una niña llamada A naya que vivía en la ciudad de Santiago, en Chile. A naya era una fanática del fútbol y su equipo favorito era Colo Colo.

Le encantaba ir al estadio a ver los partidos y siempre soñaba con que su equipo ganara. Un día, A naya decidió hacer algo especial para ayudar a su equipo a ganar.

Se puso manos a la obra y comenzó a hacer pancartas y banderas con los colores de Colo Colo. También se aseguró de llevar un amuleto de la buena suerte que le regaló su abuelo. Cuando llegó el día del partido, A naya estaba emocionada.

Llegó temprano al estadio junto a su papá y encontraron un buen lugar desde donde podían ver todo el campo. Los jugadores salieron al terreno de juego y el partido comenzó.

Colo Colo empezó perdiendo por un gol temprano en el primer tiempo, pero eso no desanimó a A naya. Ella sabía que su apoyo era importante para animar al equipo. Así que levantó sus pancartas y comenzó a cantar las canciones de ánimo junto con otros fanáticos.

El ambiente en el estadio se volvió cada vez más emocionante, pero aun así, Colo Colo no lograba empatar el partido. Faltaban solo diez minutos para que terminara cuando ocurrió algo inesperado: uno de los jugadores rivales fue expulsado por cometer una falta grave.

El entrenador aprovechó esta oportunidad e hizo algunos cambios estratégicos en el equipo. Esto dio resultado porque unos minutos después, uno de los jugadores de Colo Colo logró empatar el partido con un gol espectacular.

El estadio se llenó de aplausos y alegría. A naya saltaba y gritaba emocionada, sintiendo que su apoyo había sido fundamental para el equipo. Pero sabía que aún quedaba tiempo para ganar.

Faltando solo dos minutos para el final del partido, Colo Colo tuvo una oportunidad única. Un jugador lanzó un potente disparo al arco rival y ¡GOOOOL! El balón entró en la red y todo el estadio estalló en júbilo. A naya no podía contener su felicidad.

Su equipo había ganado gracias a su apoyo incondicional. Se sentía orgullosa de haber estado allí para animarlos en todo momento. Desde ese día, A naya siguió asistiendo a los partidos de Colo Colo con la misma pasión y entusiasmo.

Sabía que su presencia era importante para motivar a los jugadores y ayudar al equipo a alcanzar la victoria.

Y así, gracias al amor y apoyo de A naya, el equipo de Colo Colo continuó cosechando triunfos en cada uno de sus partidos. Porque cuando todos están unidos por una misma pasión, cualquier meta puede ser alcanzada.

FIN.

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