La niña que se perdió en el bosque


Había una vez en un pueblo pequeño, una niña llamada Sofía. Un día, decidió ir a explorar el bosque cercano a su casa. Con su mochila llena de bocadillos, se adentró en el bosque cantando y tarareando.

Pero al pasar las horas, se dio cuenta de que ya no reconocía el camino de regreso. El sol comenzaba a ponerse y la niña se alarmó. -¿Dónde estoy? -se preguntó a sí misma, con la voz temblorosa.

Comenzó a caminar en círculos, intentando encontrar su rumbo. A lo lejos, escuchó una suave melodía. Siguió el sonido y encontró a una familia de ardillas bailando y cantando alrededor de un árbol. -¿Hola? ¿Me pueden ayudar? Estoy perdida -dijo Sofía con un tono preocupado.

Las ardillas, sorprendidas, se acercaron a ella y le ofrecieron sus nueces y bayas. -Tranquila, no estás sola. Te ayudaremos a encontrar el camino de regreso a casa -dijo la ardilla mayor con amabilidad.

Juntas, buscaron pistas en el bosque para encontrar el sendero correcto. Después de un rato, vieron la luz de la luna filtrándose entre los árboles, indicándoles que estaban cerca del pueblo. Sofía abrazó a las ardillas agradecida y corrió hacia su casa.

Desde entonces, nunca más se aventuró sola en el bosque, pero siempre recordó la amabilidad de las ardillas y cómo juntas superaron los obstáculos.

Con el tiempo, se convirtió en una gran defensora de la naturaleza, enseñando a otros niños la importancia de cuidar de los bosques y sus habitantes.

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