La niña solidaria de Alegría


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, una niña llamada Lala. Desde que Lala era muy pequeña, le encantaba ayudar a los demás y hacerlos felices.

Siempre estaba dispuesta a tender una mano amiga, ya fuera con su madre en casa, con sus compañeros del colegio o con cualquier persona que lo necesitara.

Un día soleado, mientras paseaba a su mascota Pelusa por el parque, se encontró con Lucas, un niño de su escuela que parecía triste. "Hola Lucas, ¿qué te pasa? Se te ve preocupado", preguntó Lala con voz dulce. Lucas suspiró y le contó a Lala que había perdido su libro favorito y no sabía cómo encontrarlo.

Sin dudarlo un segundo, Lala ofreció ayudar a buscarlo. Juntos revisaron cada rincón del parque hasta que finalmente encontraron el libro debajo de un banco. "¡Lo encontramos! Aquí está tu libro, Lucas", exclamó Lala emocionada.

Lucas no podía creer lo rápido que habían dado con él y le dio las gracias a Lala con una gran sonrisa en el rostro. Desde ese día, Lucas y Lala se convirtieron en grandes amigos.

Poco después, la maestra de Lala propuso organizar una feria de ciencias en la escuela. Todos estaban muy entusiasmados pero no sabían por dónde empezar. Fue entonces cuando todos los ojos se posaron en Lala. "Lala siempre tiene ideas geniales y sabe cómo hacer las cosas divertidas.

¡Ella podría ayudarnos!", exclamó uno de sus compañeros emocionado. Lala aceptó encantada el desafío y junto a sus compañeros comenzaron a planificar la feria de ciencias más increíble que hubiera visto la escuela.

Cada uno aportaba su granito de arena y gracias al trabajo en equipo lograron organizar un evento maravilloso donde todos aprendieron algo nuevo y se divirtieron como nunca antes. La fama de Lala como la niña más amable y solidaria del pueblo creció rápidamente.

La gente acudía a ella en busca de consejos, ayuda o simplemente para compartir un momento feliz juntos. A pesar de toda la atención recibida, Lala seguía siendo humilde y sencilla, disfrutando cada momento compartido con los demás.

Un día llegó al pueblo una noticia inesperada: iban a celebrar un gran festival para recaudar fondos para reparar el parque infantil que tanto les gustaba a los niños del lugar. Todos estaban emocionados pero también preocupados por todo lo que debían organizar.

Lala no dudó ni un segundo en ofrecerse voluntaria para coordinar las actividades del festival junto al resto de vecinos del pueblo. Trabajaron arduamente durante días preparando juegos divertidos, puestos de comida deliciosos y espectáculos sorprendentes para recaudar fondos.

El día del festival finalmente llegó y todo salió mejor de lo esperado gracias al esfuerzo conjunto de todos los habitantes del pueblo liderados por la incansable energía positiva de Lala.

El parque infantil fue reparado completamente e incluso pudieron añadir nuevos juegos para diversión de todos los niños.

Desde ese día en adelante, cada vez que alguien necesitaba ayuda o quería pasar un buen rato en Alegría buscaban a lalita porque sabían que ella siempre tenía una sonrisa cálida lista para recibirlos. Y así fue como lalita enseñó al mundo entero que ser amable, solidario, humilde, trabajar duro pueden traer grandes beneficios. Y desde entonces alegraría siempre fue conocida como "el lugar donde vive lalita"

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