La niña y el árbol de manzana



Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en una casa de dos plantas con cortinas blancas. En el jardín de su casa, justo al lado de la casa, crecía un hermoso árbol de manzana. Sofía amaba pasar horas en su columpio, que colgaba de una rama del árbol. Un día, mientras se balanceaba a gran velocidad, escuchó una voz proveniente del árbol. - 'Hola, Sofía', dijo el árbol. La niña se sorprendió muchísimo y respondió: - '¿Quién está hablando?' - 'Soy el árbol de manzana, y tengo algo importante que contarte', dijo la voz.

El árbol le explicó a Sofía que cada vez que ella se balanceaba en su columpio, las raíces del árbol sentían una vibración que les daba fuerzas para seguir creciendo y brindando deliciosas manzanas. Entonces, le pidió un favor a la niña. - 'Sofía, me encanta cuando te balanceas, pero te pido que también cuides de mí. Riega mis raíces, protégeme de las plagas y cuídame con cariño', le suplicó el árbol.

Sofía asintió con entusiasmo y prometió cuidar del árbol de manzana. Desde ese día, cada tarde, después de balancearse en su columpio, regaba las raíces del árbol y le contaba historias. Con el tiempo, el árbol de manzana se llenó de hermosas frutas que Sofía disfrutaba mucho. Además, aprendió sobre la importancia de cuidar y respetar la naturaleza.

Con el paso de los años, la niña creció junto al árbol, y él se convirtió en su amigo más fiel. Juntos, compartieron inolvidables momentos y aprendieron que la amistad y el cuidado mutuo son fundamentales en la vida. La casa de dos plantas con cortinas blancas se convirtió en un remanso de amor y armonía, donde la niña y el árbol de manzana vivieron felices para siempre.

FIN.

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