La Niña y el Leñador


María era una niña muy traviesa y pícara. Le encantaba hacer travesuras y, sobre todo, robar comida de las casas vecinas.

Nadie sabía cómo lo hacía, pero siempre encontraba la manera de colarse por las ventanas o las puertas traseras para llevarse algún bocado que saciara su hambre. Un día, mientras estaba disfrutando de un delicioso pastel de frutas que había robado de la casa de su tía, se topó con un leñador que venía del bosque.

El hombre la miró con asombro y le preguntó:- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Esa es tu casa? María se asustó al ver al extraño e intentó correr, pero el leñador la detuvo enseguida. - Espera un momento -dijo el hombre-.

No tienes por qué escapar. Solo quiero saber quién eres y qué haces aquí. La niña no sabía qué decirle, así que decidió contarle toda la verdad.

Le explicó que era una bandida y que le gustaba robar comida en las casas ajenas porque muchas veces pasaba hambre en su propia casa. El leñador escuchó atentamente su historia y sintió mucha compasión por ella.

Él también había pasado momentos difíciles en su vida y sabía lo importante que era tener alguien a quien acudir cuando se necesitaba ayuda. - Mira -le dijo el hombre-, yo también he tenido momentos difíciles en mi vida. Pero nunca me rendí ni dejé de luchar por mis sueños.

Si tú quieres cambiar tu vida y ser alguien mejor, puedes hacerlo. Solo necesitas creer en ti misma y tener el apoyo de alguien que te quiera.

María se emocionó al escuchar sus palabras y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que alguien la comprendía. A partir de ese momento, el leñador se convirtió en su mentor y amigo.

Él la enseñó a trabajar duro para conseguir lo que quería y a no robar más comida de las casas ajenas. Con el tiempo, María aprendió muchas cosas nuevas y cambió su actitud hacia la vida.

Ya no era una bandida ni una ladrona, sino una niña valiente e inteligente que sabía cómo conseguir lo que quería gracias al esfuerzo y al trabajo duro. Gracias al leñador, María descubrió su verdadero potencial y comenzó a hacer cosas increíbles.

Se convirtió en una excelente estudiante, aprendió un oficio y trabajó muy duro para ayudar a su familia. Y todo esto gracias a la ayuda de alguien que creyó en ella cuando nadie más lo hacía.

La historia de María es un ejemplo inspirador para todos los niños del mundo: si crees en ti mismo y trabajas duro por tus sueños, puedes lograr cualquier cosa que te propongas.

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