La niña y su mundo de colores


Había una vez una niña de cabello largo llamada Sofía, a quien le encantaba pintar. Todas las tardes, se sentaba en su pequeño rincón de la casa con su caja de colores y un gran lienzo en blanco.

Con cada pincelada, Sofía creaba un mundo mágico lleno de colores y formas. Un día, mientras caminaba por el parque, conoció a Mateo, un niño que soñaba con ser astronauta.

Juntos, idearon un plan para pintar un mural en la pared del parque que representara el universo. Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron convertir la gris pared en un espectáculo de estrellas, planetas y naves espaciales. La noticia del increíble mural se extendió rápidamente, y la gente del barrio quedó maravillada.

Sofía y Mateo se convirtieron en héroes locales, inspirando a otros niños a seguir sus pasiones y trabajar juntos para embellecer su comunidad.

A partir de ese día, Sofía entendió que no solo podía crear su propio mundo de colores en sus lienzos, sino también en el mundo real, donde cada pincelada de amistad y colaboración podía convertirse en una obra maestra.

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