La niña y su mundo de perritos



Había una vez en una pequeña ciudad, una niña llamada Valentina. Desde que tenía memoria, Valentina amaba dibujar perritos. Cada hoja que salía de su cuaderno estaba llena de perritos de todos los tamaños y colores. Aunque su mamá y su papá la alentaban a explorar otros temas, ella solo veía el mundo a través de su amor por los canes.

Un día, Valentina decidió que haría una exposición de sus dibujos en el parque. Emocionada, dibujó durante días y días; hizo perritos saltarines, perritos durmiendo, perritos jugando con una pelota. Cuando llegó el día de la exposición, colgó todos sus dibujos en un gran árbol. La gente pasaba y sonreía al ver todos esos adorables perritos.

"¡Qué linda es esta exposición!" - dijo una señora mayor, admirando un dibujo de un perrito con un sombrero.

"Sos muy talentosa, Valentina. Pero, ¿no te gustaría dibujar otras cosas?" - preguntó un niño que se acercó.

Valentina sonrió y respondió:

"¡Amo a los perritos! A ellos les puedo hacer todas las travesuras que quiero, y siempre me hacen reír. Los demás dibujos siempre me salían un poco... aburridos."

La exposición fue un éxito y muchas personas la elogiaron. Sin embargo, había algo que comenzó a inquietar a Valentina. Así como los árboles necesitan diferentes hojas para crecer, ella entendió que también necesitaba explorar diferentes ideas para dibujar. Así que, al llegar a casa, decidió intentar dibujar algo diferente, aunque fuese solo por un rato.

Al día siguiente, Valentina se despertó con ganas de probar algo nuevo. Pensó en un lindo mar, así que comenzó a dibujar olas y estrellas de mar. Pero mientras dibujaba, vio a su perrito, Rocco, jugando en el jardín, y se dio cuenta de que había algo especial al retratar la alegría de su amigo en su ambiente.

"¡Esto es genial!" - exclamó Valentina, inspirada por la energía de Rocco. En ese momento, decidió que podía seguir dibujando perritos, pero también quería incluir su entorno, el mundo que los rodeaba.

A partir de ese día, Valentina se sumergió en diversas aventuras dibujando a Rocco en sus exploraciones: corriendo por la playa, jugando con otros perritos en el parque, y hasta ayudando a una tortuga a cruzar la calle. Sus dibujos empezaron a contar historias, y las historias a cobrar vida.

Un día, mientras mostraba su nuevo estilo de dibujos a su mamá, sintió que había hecho un gran descubrimiento.

"Mirá, mamá, ahora también tengo un dibujo de Rocco en la montaña y otro en un picnic con sus amigos. ¡Es como si estuviese contando nuestras aventuras juntos!" - dijo Valentina emocionada.

Su mamá sonrió y le respondió:

"Valentina, eso es maravilloso. Estás conectando tu amor por los perritos con los momentos mágicos que los rodean."

Valentina se dio cuenta de que, al abrir su mente a otras posibilidades, podía hacer que sus perritos vivieran aún más aventuras. Comenzó a experimentar con diferentes escenarios y a agregar nuevos personajes a sus historias. Poco a poco, sus dibujos se transformaron en un universo en el que cada perrito tenía una misión diferente, y eso la alegraba enormemente.

El día de la próxima exposición, Valentina mostró orgullosa su trabajo. Ahora no solo había perritos adorables, sino escenas enteras llenas de vida, risas y un brillo especial. La gente aplaudió y comentó positivamente sobre su evolución.

"¡Esto es hermoso!" - dijo un chico. "Me encanta ver a tus perritos en sus aventuras."

"¡Quiero ver más!" - gritó una niña.

A partir de ahí, Valentina no dejó de dibujar. Aprendió que el arte no solo es cuestión de un tema, sino del amor que ponemos en cada historia. Y aunque siempre tendría un lugar especial en su corazón para los perritos, entendió que el mundo estaba lleno de inspiración y que podía combinarla para hacer volar su imaginación, creando historias que hacían sonreír a todos.

Y así, Valentina no solo se convirtió en la mejor dibujante de perritos, sino también en una gran contadora de historias, llenando cada hoja de su cuaderno con dibujos que traían alegría a la vida de los demás.

Y siempre, pero siempre junto a su fiel amigo Rocco.

FIN.

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