La noche de Halloween en la casa embrujada



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Fuentevieja, una casa misteriosa y tenebrosa que todos aseguraban estar embrujada. En la víspera de Halloween, la valiente y curiosa Sofía, una niña de diez años, decidió desafiar sus miedos y explorar la casa. Armada con una linterna y su osadía, se adentró en la oscuridad de la noche.

Al adentrarse en la casa, Sofía pudo escuchar extraños ruidos y ver sombras que se movían por las paredes. Aunque asustada, recordó las palabras de su abuela: "Las apariencias engañan, no juzgues a un lugar por su aspecto". Con valentía, decidió enfrentar sus miedos y descubrir la verdad detrás de la misteriosa casa.

Mientras exploraba cada rincón, Sofía encontró un antiguo diario que revelaba la historia de la casa y su antiguo propietario, un mago solitario que buscaba amigos pero que había sido malinterpretado y temido por los habitantes del pueblo. La compasión invadió el corazón de Sofía, quien decidió buscar una forma de liberar al espíritu del mago y devolver la paz a la casa.

Armada con su determinación, Sofía buscó la ayuda de los aldeanos, quienes, al principio incrédulos, finalmente se unieron a ella para realizar un ritual que liberara el espíritu atrapado en la casa embrujada. Con cada paso del ritual, la casa comenzó a llenarse de luz y calidez, disipando finalmente la oscuridad y el miedo que la habían acechado por tantos años.

El día de Halloween, la casa embrujada se transformó en un lugar acogedor y alegre, y las risas de los niños resonaron en cada habitación. Sofía y sus nuevos amigos habían logrado convertir la casa en un hogar, demostrando que la comprensión y la empatía pueden vencer incluso a los más grandes temores.

FIN.

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