La noche de las sorpresas en Villa Aventura


En un pequeño pueblo llamado Villa Aventura, Marizza y Tomás eran conocidos por ser los más intrépidos y valientes de todos. Les encantaba explorar lugares misteriosos y descubrir secretos ocultos.

Una noche, mientras paseaban por las calles oscuras del pueblo, se les ocurrió una idea emocionante. - ¡Tomás, ¿qué te parece si vamos al colegio esta noche? Seguro que es aún más emocionante explorarlo de noche! - exclamó Marizza con entusiasmo.

Tomás, siempre dispuesto a seguir las locuras de su amiga, aceptó sin dudarlo. El colegio era un lugar lleno de misterios y leyendas tenebrosas que habían escuchado desde pequeños.

Se decía que en las noches de luna llena se escuchaban risas fantasmales y pasos misteriosos en sus pasillos solitarios. A pesar del escalofrío que recorría sus cuerpos, Marizza y Tomás decidieron adentrarse en el colegio esa misma noche. Al abrir la puerta principal con cuidado, sintieron cómo la emoción los invadía por completo.

- ¡Qué emocionante es esto! - susurró Tomás mientras avanzaban por los oscuros pasillos iluminados solo por la luz de la luna. De repente, comenzaron a escuchar un ruido extraño que parecía venir del salón principal.

Intrigados, se acercaron sigilosamente y abrieron la puerta lentamente. Lo que vieron allí los dejó sin aliento: juguetes antiguos moviéndose solos y risas infantiles resonando en toda la habitación.

- ¡Esto es increíble! - exclamó Marizza maravillada por el espectáculo sobrenatural frente a ellos. Sin embargo, su asombro se vio interrumpido cuando una voz suave pero firme resonó en la habitación: "¿Qué hacen aquí?" Era el espíritu de una niña pequeña que había sido alumna del colegio hace muchos años atrás.

Con valentía, Marizza explicó su curiosidad por conocer la verdad detrás de las leyendas sobre el colegio.

La niña fantasmal sonrió y les contó la verdadera historia: no había nada tenebroso ni malvado en aquel lugar; simplemente eran recuerdos felices de niños jugando en paz. Marizza y Tomás comprendieron entonces que muchas veces lo desconocido puede generar temor, pero al enfrentarlo con valentía se pueden descubrir cosas maravillosas e inesperadas.

Desde aquella noche, el colegio dejó de ser un lugar prohibido para convertirse en un sitio lleno de historias fascinantes por explorar. Al regresar a casa con el corazón lleno de aventuras vividas, Marizza y Tomás supieron que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Y así siguieron siendo los mejores amigos más intrépidos y valientes de todo Villa Aventura.

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