La Noche de los Amigos Alados
Había una vez en un bosque encantado, un zorro muy curioso llamado Pancho. A diferencia de los demás animales del bosque, a Pancho le encantaba salir por las noches a observar la luna.
Se sentaba en una roca en lo alto de una colina y pasaba horas contemplando su brillo plateado en el cielo oscuro.
Un día, mientras Pancho paseaba por el bosque, se encontró con Luna, una hermosa lechuza blanca que también disfrutaba de mirar la luna por las noches. Desde ese momento, Pancho y Luna se convirtieron en amigos inseparables.
Una noche, mientras observaban juntos la luna brillante en el cielo, Luna le dijo a Pancho: "¿Sabes, Pancho? La luna siempre nos acompaña en las noches más oscuras. Nos recuerda que aunque todo parezca sombrío, siempre hay algo hermoso que ilumina nuestro camino". Pancho asintió con la cabeza y respondió: "-Tienes razón, Luna.
La luna es como una amiga fiel que nunca nos abandona". De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del bosque. Intrigados, decidieron ir a investigar juntos. Para su sorpresa, descubrieron que era un pequeño búho llamado Óscar atrapado entre unas ramas.
Sin dudarlo ni un segundo, Pancho y Luna trabajaron juntos para liberar a Óscar y llevarlo sano y salvo a su nido. Agradecido, Óscar les dijo: "-¡Gracias por salvarme! Pensé que nunca volvería a ver la luz de la luna".
Desde ese día en adelante, los tres amigos exploraban juntos el bosque todas las noches bajo la luz plateada de la luna. Descubrieron nuevos lugares mágicos y ayudaron a otros animales necesitados.
Pancho aprendió que tener amigos valiosos como Luna y Óscar hacía su vida mucho más feliz y significativa. Y cada noche seguía saliendo a observar la luna con gratitud en su corazón.
Y así fue como el zorro Pancho descubrió que los verdaderos tesoros de la vida se encuentran en las amistades sinceras y en los momentos compartidos bajo el resplandor de la luna.
FIN.