La Noche de los Cuentos Prohibidos
Era una noche oscura y estrellada en el campamento 'Aventura Total', donde un grupo de adolescentes estaba listo para pasar una semana llena de diversión y experiencias inolvidables. Sin embargo, esta noche era diferente. El consejero del campamento, el Sr. Ramírez, había organizado algo especial: una velada de cuentos de terror.
- ¡Esto va a estar increíble! -exclamó Lucas, mientras encendía una fogata en el centro del campamento.
- No sé, no me gusta la idea de escuchar historias de miedo -dijo Ana, con una expresión de inquietud.
- Vamos, Ana, es solo una historia. Además, ¡estaré a tu lado! -la animó Julián, un chico valiente que siempre estaba dispuesto a enfrentar sus miedos.
Los chicos se acomodaron alrededor de la fogata, y el Sr. Ramírez comenzó a contar la historia de 'La sombra del bosque'. Él narró cómo, en las noches más oscuras, una sombra vagabundeaba por el bosque, asustando a todos los que se atrevían a acampar allí, pero que en realidad, sólo quería un amigo.
- Me da miedo -se quejó Laura, mientras se abrazaba a su almohada.
- Pero, ¿y si esa sombra solo busca compañía? -preguntó Lucas, intrigado.
A medida que el relato avanzaba, las tensiones aumentaban entre los adolescentes. Algunos se asustaban, mientras que otros, como Julián, propusieron enfrentarse a la sombra.
- ¡Vayamos a investigar! -decidió Julián con valentía.
- Estás loco. No podemos hacer eso -dijo Ana, con una mezcla de miedo y duda.
Sin embargo, una chispa de valentía brilló en su interior y, al final, todos aceptaron acompañarlo. Con linternas y un par de risas nerviosas, se adentraron en el bosque.
Al principio, todo parecía tranquilo, hasta que escucharon un crujido detrás de ellos.
- ¿Quién fue? -preguntó Laura, temblando.
Pero fue Julián quien alentó a todos. - No se preocupen, vamos a descubrir qué es. No hay que dejar que el miedo nos controle. -
Finalmente, se encontraron cara a cara con 'La sombra del bosque', que resultó ser un simpático oso de peluche que un niño había perdido.
- ¡Mirad! -gritó Lucas mientras señalaba el juguete. - No era una sombra aterradora, ¡era solo un amigo olvidado!
Aliviados y riendo de su valentía, los chicos llevaron al osito de vuelta al campamento y decidieron contar su propia historia. Hablaron sobre la importancia de no dejar que el miedo los detuviera y de cómo, a veces, las cosas que nos asustan son solo malentendidos.
- La valentía no significa no tener miedo -explicó Julián. - Significa enfrentar lo que nos da miedo y descubrir la verdad detrás de él.
- Sí, y creo que hemos creado un gran cuento para contar a los más pequeños -agregó Ana, sonriendo.
Al final de la noche, la fogata se convirtió en un lugar de risas y relatos, donde los adolescentes aprendieron no solo sobre la valentía, sino también sobre la amistad y el trabajo en equipo. Así, la noche que había comenzado con miedo se transformó en la mejor historia del campamento, recordando a todos que a veces, lo que parece aterrador, puede tener una historia que contar.
FIN.