La Noche de los Valientes
Había una vez en un tranquilo pueblo llamado Villa Alegre, donde todos los días eran soleados y la felicidad reinaba en cada rincón. Sin embargo, había tres personajes que no se sentían del todo contentos: Noche, Terror y Perros.
Noche era una niña muy tímida que siempre prefería quedarse en casa antes que salir a jugar con los demás niños.
Le tenía miedo a la oscuridad y pensaba que solo cosas malas podían suceder cuando el sol se escondía. Terror era un monstruo pequeño y animal que vivía debajo de la cama de Noche. Siempre estaba asustando a la pobre niña con sus travesuras nocturnas.
Pero lo cierto es que también tenía miedo, miedo a ser rechazado por los demás por ser diferente. Por último, estaba Perros, un perro callejero abandonado por su dueño hace mucho tiempo. Vivía en las afueras del pueblo y siempre ladraba amenazante cuando alguien se acercaba.
Pero detrás de esa fachada valiente, se encontraba un corazón lleno de soledad. Un día, Noche decidió enfrentar sus miedos y salió de su casa al atardecer para caminar hasta el bosque cercano.
Mientras tanto, Terror decidió seguir a Noche para asegurarse de protegerla de cualquier peligro imaginario. Cuando llegaron al bosque, escucharon unos ladridos desesperados provenientes de una cueva oculta entre los árboles. Allí encontraron a Perros atrapado bajo unas ramas caídas.
"No te preocupes", dijo Noche con valentía, "voy a ayudarte". Con mucho esfuerzo, lograron liberar a Perros y este les lamió el rostro en señal de gratitud. A partir de ese momento, los tres se hicieron amigos inseparables.
Noche encontró en Perros la compañía que necesitaba para superar su miedo a la oscuridad. Terror descubrió que podía ser amado y aceptado tal como era. Y Perros finalmente encontró un hogar donde sentirse querido.
Juntos, decidieron volver al pueblo y enseñarle a todos que no hay que juzgar por las apariencias ni temer a lo desconocido. Organizaron una feria del miedo donde mostraron cómo enfrentar los miedos y convertirlos en oportunidades para crecer.
El pueblo de Villa Alegre aprendió una gran lección gracias a Noche, Terror y Perros. Comprendieron que cada uno tiene sus propios temores internos y que, al unirse y apoyarse mutuamente, pueden superar cualquier obstáculo.
Desde aquel día, el sol brilla aún más en Villa Alegre porque todos aprendieron el valor de la amistad verdadera y la importancia de no dejarse llevar por prejuicios infundados. Y así vivieron felices para siempre, recordando siempre aquel día en el bosque donde se conocieron por casualidad pero se convirtieron en familia por elección.
Fin.
FIN.