La noche del puma



Un día, Delfina y Emilia decidieron hacer realidad su sueño de irse de campamento con Nala. Prepararon sus mochilas con todo lo necesario: tienda de campaña, sacos de dormir, comida y agua para todos.

- ¡Qué emoción! -dijo Delfina mientras cargaba su mochila-. Por fin vamos a cumplir nuestro sueño. - Sí, pero tengo un poco de miedo -confesó Emilia-. ¿Y si nos encontramos con algún puma o ciervo? - No te preocupes -respondió Delfina-.

Vamos a estar bien preparadas y no hay nada que temer. Además, Nala es una gran protectora. Así partieron hacia la montaña en busca del lugar perfecto para acampar.

Caminaron durante horas hasta que encontraron un hermoso prado rodeado de árboles frondosos. - Este es el lugar ideal -dijo Emilia emocionada. Montaron la tienda y se dispusieron a disfrutar del paisaje. Pero cuando empezó a oscurecer, escucharon ruidos extraños afuera. - ¿Escuchaste eso? -preguntó Emilia asustada.

Delfina se levantó rápidamente y miró por la ventana de la tienda. Vio dos ojos brillantes en la oscuridad que parecían estar observándolas fijamente. - Tranquila, solo son unos ciervos curiosos -dijo Delfina intentando calmarla-. No van a hacernos daño.

Pero al cabo de un rato volvieron los ruidos y esta vez eran más fuertes. Las niñas comenzaron a tener miedo y Nala comenzó a ladrar. - ¡Creo que hay un puma afuera! -gritó Emilia asustada.

Delfina intentó mantener la calma y recordó todo lo que había leído sobre cómo actuar en caso de encontrarse con un animal salvaje. - Tranquilas, chicas -dijo Delfina-. Vamos a hacer mucho ruido para ahuyentar al puma.

Y si se acerca demasiado, vamos a usar estos palos para defendernos. Así, las niñas comenzaron a gritar y golpear los palos contra el suelo. Después de unos minutos, los ruidos cesaron y pudieron volver a dormir tranquilas.

Al día siguiente, mientras desayunaban frente al paisaje montañoso, Delfina dijo:- Chicas, ¿se dieron cuenta de que pudimos superar nuestro miedo? - Sí -respondió Emilia sonriendo-. Gracias por enseñarnos cómo actuar en caso de encontrarse con animales salvajes.

Y así aprendieron una valiosa lección: no hay nada que temer si se está bien preparado y se sabe cómo enfrentar los problemas. Además, descubrieron lo importante que es confiar en uno mismo y en los demás para lograr sus sueños.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!