La Noche Mágica de Halloween
Era una noche especial en el pequeño pueblo de Lunaluna. Todos los niños estaban emocionados porque llegaba Halloween, el día de los disfraces y los dulces. En la casa de Tomi y su hermanita Lila, se preparaban para la gran noche con un plan divertido.
"¿Te acordás de lo que dijimos, Lila? Vamos a convertirnos en un dinosaurio y una mariposa" - dijo Tomi con una gran sonrisa.
"Sí, Tomi, voy a ser la mariposa más linda del mundo" - contestó Lila, con sus ojitos brillantes.
Un ratito después, ya estaban vestidos y listos. Tomi lucía un disfraz de dinosaurio verde, con escamas brillantes, y Lila llevaba unas alas de colores que hacían juego con su vestido. Juntos salieron de casa y se unieron a otros niños en la calle.
Mientras caminaban, el aire estaba lleno de risas y alegría.
"¡Miren esas calabazas!" - exclamó Tomi, señalando un grupo de calabazas decoradas.
"¡Son preciosas!" - dijo Lila, fascinada por las luces que brillaban dentro de ellas.
Los niños decidieron hacer una competencia amistosa para ver quién podía encontrar la calabaza más divertida. Sin embargo, al acercarse a una de ellas, notaron algo extraño.
"¡Chicos, miren! Esta calabaza está hablando" - gritó una niña llamada Sofía.
Todo el grupo se acercó curiosamente.
"Bienvenidos, pequeños aventureros" - dijo la calabaza, con una voz rasposa pero amigable. "Soy Calabaza Mágica. Si me ayudan a romper el hechizo que me tiene atrapada, les daré un tesoro".
Los niños se quedaron boquiabiertos.
"¿Cómo podemos ayudarte?" - preguntó Tomi con entusiasmo.
"Necesito que encuentren tres objetos mágicos: una estrella fugaz, una pluma dorada y un trozo de nube. Son difíciles de encontrar, pero ustedes pueden hacerlo".
Sin pensarlo dos veces, Tomi y Lila se animaron a ayudar a Calabaza Mágica. Juntos se dividieron en grupos y comenzaron la búsqueda. Lila y Sofía fueron a la plaza, donde vieron algo brillar en el cielo.
"¡Mirá! Ahí viene una estrella fugaz" - gritó Sofía.
Ambas levantaron las manos y atrajeron la estrella justo a su alcance. Con una sonrisa, la metieron en una bolsita. Mientras tanto, Tomi y su amigo Pato caminaron hasta el parque y encontraron una pluma dorada que había caído de un ave muy especial.
"¡Listo! Solo falta la nube" - dijo Pato emocionado.
"¿Vieron la nube que parece un algodón de azúcar?" - sugirió Lila al encontrarse con ellos.
Juntos, alzaron los brazos y comenzaron a saltar para alcanzar la nube. Con un poco de magia y muchas risas, lograron atrapar un pedacito de ella.
Finalmente, regresaron a la calabaza.
"Aquí están los objetos mágicos" - dijo Tomi, entregándole los tesoros a Calabaza Mágica.
La calabaza brilló intensamente y con un destello liberó un montón de dulces coloridos.
"Gracias, amigos. Aquí está su tesoro, ahora disfruten de su Halloween" - dijo la calabaza, antes de desaparecer.
Los niños celebraron riendo y compartiendo los dulces, felices de haber vivido una noche mágica y haber hecho una nueva amiga.
Y así, en Lunaluna, Halloween se convirtió en la noche más divertida de todas, llena de risas, magia y la promesa de nuevas aventuras.
FIN.