La noche mágica de Laura



Laura era una niña curiosa y siempre estaba ansiosa por aprender cosas nuevas. Le encantaba pasar horas en la biblioteca del pueblo, leyendo libros sobre diferentes temas.

Pero esa noche, se había quedado atrapada en la biblioteca debido a un trabajo práctico que debía entregar al día siguiente. Cuando Laura terminó de escribir su trabajo, miró por la ventana y vio que el valle estaba cubierto de niebla.

Sabía que eso significaba que era noche de Luna Roja y que no debía estar afuera. La Luna Roja era un fenómeno especial que ocurría solo una vez al año, y se decía que traía consigo extrañas criaturas.

Pero Laura también sabía lo importante que era cumplir con sus responsabilidades. Decidió salir rápidamente de la biblioteca y correr hacia su casa antes de que algo malo pudiera sucederle. Mientras caminaba por las calles desiertas del pueblo, la niebla se espesaba cada vez más.

Laura sentía un escalofrío recorriendo su espalda, pero siguió adelante sin detenerse. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de ella. Se dio vuelta asustada y vio a una pequeña criatura peluda acercándose a ella lentamente. Era un duende.

"¡Hola!", dijo el duende con una voz amigable. "¡H-hola!", respondió Laura temblorosa. "¿Qué haces afuera en noche de Luna Roja?", preguntó el duende curioso. "Me quedé atrapada en la biblioteca trabajando en mi tarea", explicó Laura apresuradamente.

"Oh, entiendo", dijo el duende. "Pero debes tener cuidado, las criaturas de la noche pueden ser peligrosas". "Lo sé", respondió Laura preocupada. "Estoy tratando de llegar a casa lo más rápido posible".

El duende sonrió y extendió su mano hacia ella. "Te ayudaré a llegar a salvo a tu casa", ofreció el duende. Laura dudó por un momento, pero decidió confiar en el amable duende y tomó su mano.

Caminaron juntos por las calles nebulosas del pueblo mientras el duende le contaba historias fascinantes sobre las criaturas mágicas que habitaban en los bosques cercanos. Laura se olvidó completamente de su miedo y se sumergió en las maravillosas historias del duende.

Finalmente, llegaron a la puerta de la casa de Laura. Ella estaba muy agradecida con el duende por haberla ayudado a llegar sana y salva. "Muchas gracias por acompañarme hasta aquí", dijo Laura sonriendo. "De nada", respondió el duende.

"Recuerda siempre ser responsable y cuidadosa, pero también mantén tu curiosidad viva". Con esas palabras, el duende desapareció entre la niebla. Laura entró en su casa llena de gratitud por haber conocido al amable duende y aprendido una valiosa lección.

Desde ese día, Laura siguió siendo una niña curiosa y responsable. Nunca más se quedó atrás en sus tareas escolares, pero también nunca dejó de explorar y aprender cosas nuevas.

Y así fue como Laura descubrió que incluso en las noches más oscuras, siempre hay una luz que nos guía si tenemos el coraje de seguirla.

FIN.

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