La noche mágica de Mateo



Había una vez en un pequeño pueblo de la costa argentina, un niño llamado Mateo. Él era curioso y aventurero, siempre buscando nuevas emociones y experiencias.

Una noche, mientras paseaba por la playa, vio algo brillante en la arena. - ¡Guau! ¿Qué será eso? - dijo Mateo emocionado. Se acercó corriendo y descubrió que era una botella con un mensaje adentro.

Con mucha emoción, sacó el papel y comenzó a leer: "Querido aventurero, si quieres vivir una noche mágica tropical, ven al faro esta noche a las 12". Mateo no podía creerlo. Su corazón latía rápido de emoción mientras se dirigía rápidamente hacia el faro. Cuando llegó allí, encontró a otros niños esperando también.

- Hola chicos ¿ustedes también recibieron el mensaje? - preguntó Mateo. - Sí, lo recibimos - respondieron los otros niños entusiasmados. De repente, las luces del faro comenzaron a parpadear y una voz resonó en el aire:- Bienvenidos aventureros valientes.

Ha llegado el momento de vivir una noche mágica tropical. Pero antes de empezar, deben superar tres pruebas. Los niños estaban emocionados pero también un poco asustados.

La primera prueba consistió en encontrar tesoros escondidos por toda la playa utilizando solo linternas. Con mucho entusiasmo e ingenio, los niños buscaron entre las dunas y los arbustos hasta que encontraron todos los tesoros ocultos. La segunda prueba fue construir juntos un castillo de arena gigante.

Los niños trabajaron en equipo, cada uno aportando su creatividad y habilidades. - ¡Miren lo que hemos logrado! - exclamó Mateo emocionado al ver el hermoso castillo terminado. Finalmente, llegó la tercera prueba: un concurso de baile tropical.

Los niños se movieron al ritmo de la música, demostrando sus mejores pasos y llenando el aire de alegría y diversión. Cuando terminó el concurso, las luces del faro volvieron a parpadear y la voz resonó nuevamente:- Felicidades aventureros valientes.

Han superado todas las pruebas y han ganado una noche mágica tropical. De repente, todo el entorno se transformó. La playa se llenó de palmeras luminosas, flores brillantes y animales exóticos bailando alegremente alrededor de los niños.

- ¡Es increíble! - exclamaron los niños maravillados. Durante toda la noche, los niños disfrutaron de juegos divertidos bajo las estrellas tropicales. Bailaron entre risas y compartieron historias mientras exploraban este mundo mágico que solo existía por una noche.

Al amanecer, cuando los primeros rayos del sol comenzaron a iluminar el horizonte, todo volvió a la normalidad. Las palmeras desaparecieron junto con las flores luminosas y los animales exóticos regresaron a su hábitat natural.

Los niños se despidieron emocionados pero felices por haber vivido una experiencia única e inolvidable juntos. Cada uno guardaba en su corazón ese recuerdo especial de la mágica noche tropical.

Desde aquel día, Mateo y los otros niños se convirtieron en grandes amigos, recordando siempre esa aventura que los unió para siempre. Y cada vez que miraban el faro, sonreían y sabían que la magia está en todas partes si solo abren sus corazones a nuevas experiencias.

FIN.

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