La noche mágica del búho y el niño



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, un niño llamado Mateo que tenía mucho miedo a la noche.

Cada vez que el sol se escondía detrás de las colinas, Mateo se ponía nervioso y no podía conciliar el sueño. Sus padres intentaban calmarlo diciéndole que la noche era solo una parte más del día, pero nada parecía funcionar.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Mateo se encontró con un búho sabio llamado Don Óscar. El búho notó la tristeza en los ojos del niño y decidió ayudarlo a superar su miedo a la noche. "Hola, pequeño Mateo. Veo que algo te preocupa.

¿Puedo ayudarte en algo?" -preguntó amablemente Don Óscar. Mateo, sorprendido de ver a un búho tan cerca, le contó sobre su temor a la oscuridad y cómo eso afectaba sus noches. "No te preocupes, querido amigo.

La noche es solo una parte natural del ciclo del día. Sin ella, las estrellas no brillarían y los animales nocturnos como yo no podríamos disfrutar de nuestro hogar" -explicó el búho con paciencia.

Don Óscar propuso entonces llevar a Mateo en un viaje por la noche para mostrarle lo hermosa que puede ser. Juntos volaron por encima de los árboles y contemplaron el cielo estrellado. El búho le enseñó al niño cómo distinguir las constelaciones y escuchar los sonidos nocturnos del bosque.

"¿Ves, Mateo? La noche es tranquila y llena de misterios por descubrir. No hay razón para temerla" -dijo Don Óscar con ternura.

Poco a poco, Mateo comenzó a sentirse más relajado gracias a la compañía del sabio búho y sus enseñanzas sobre la noche. Aprendió a apreciar la belleza de las sombras bailando entre los árboles y el canto melodioso de los grillos bajo la luna.

Al regresar al pueblo antes del amanecer, Mateo abrazó cariñosamente a Don Óscar y le dio las gracias por haberle mostrado un nuevo punto de vista sobre la noche. A partir de ese momento, el niño ya no tuvo miedo cuando caía la tarde.

En lugar de esconderse bajo las sábanas, salía al patio para observar las estrellas junto al fiel amigo plumífero que le había enseñado tanto.

Y así fue como Mateo descubrió que incluso en medio de la oscuridad más profunda siempre hay luz y aprendizajes esperando ser revelados si nos atrevemos a mirar más allá de nuestros miedos.

FIN.

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