La Noche Valiente de Pollo y Pato



Había una vez en un tranquilo gallinero, un Pollo llamado Pablo. Pablo era un pollo curioso y aventurero, pero había algo que le daba mucho miedo: la noche. Cada vez que el Sol se escondía detrás de las montañas y la Luna comenzaba a brillar, Pablo se metía en su gallinero y no salía hasta que el día volvía.

Una noche, mientras el viento soplaba entre los árboles, su mejor amigo, un Pato llamado Pato, decidió que era hora de ayudarlo a enfrentar su miedo.

-Pablo, no hay motivo para asustarse. La noche puede ser hermosa. - dijo Pato con una sonrisa.

-Pero… ¡y si hay sombras y ruidos extraños! - respondió Pablo, temblando un poco.

-Por eso es que tengo un plan. Esta noche, iremos a ver la Luna juntos. - insistió Pato con confianza.

Pablo dudó, pero la determinación de su amigo lo convenció. Salieron del gallinero, y, a medida que caminaban por el jardín, la Luna iluminaba su camino con su suave luz plateada.

-¡Mira, Pablo! - exclamó Pato, señalando hacia el cielo. -La Luna es tan hermosa. -

-Es verdad… - respondió Pablo, sin dejar de mirar la brillante esfera.

Los dos amigos comenzaron a explorar. Al principio, Pablo seguía muy de cerca a Pato, pero a medida que caminaban, empezó a notar las maravillas que los rodeaban. La brisa nocturna llevaba consigo el aroma de las flores, y los grillos cantaban suaves melodías.

-¿Ves? La noche no muerde. Es solo una parte del día. - dijo Pato, mientras un grupo de luciérnagas danzaba a su alrededor.

-¡Qué lindo! - dijo Pablo, emocionado. -No sabía que hubiera tantas luces.

Los amigos siguieron avanzando hasta que de repente, un sonido extraño resonó en la oscuridad.

-¿Qué fue eso? - preguntó Pablo, aterrado.

-¡No te preocupes! Seguro que es solo un búho. - respondió Pato, sin perder la calma.

Pero en ese momento, un búho apareció volando justo frente a ellos. Pablo se asustó mucho y corrió detrás de Pato.

-¡Mira! - dijo Pato. -El búho es un pájaro sabio. No tienes que temerle. -

El búho, con voz profunda, dijo:

-¿Por qué huyen ustedes, amigos? La noche solo es un nuevo amigo, si aprenden a conocerla.

Pablo miró a Pato y luego al búho.

-¿De verdad? - preguntó Pablo, un poco menos asustado.

-Sí, joven pollo. La noche guarda muchos secretos bellos. Ven, síganme. - El búho les indicó.

Pablo y Pato, ahora llenos de curiosidad, decidieron seguir al búho. Este los llevó a un claro donde miles de estrellas titilaban en el cielo.

-¡Es mágico! - exclamó Pablo, asombrado.

-Sí, Pablo, estas son las maravillas de la noche. Todo lo que necesitas es un poco de valentía. - replicó Pato mientras daba pasos de baile entre las sombras.

Entonces, mientras exploraban, encontraron un grupo de animales nocturnos que también estaban disfrutando de la noche. Había zorros, ciervos y hasta un pequeño zorro que jugaba con una luciérnaga.

-¡Hola! - dijo el zorro mientras jugueteaba. -¿Se unen a nuestra fiesta de luna llena?

-¿Fiesta de luna llena? - preguntó Pablo, sintiendo un cosquilleo de emoción.

-Por supuesto, ¡diviértanse! La luna llena trae alegría a la noche. Hay canciones, bailes y juegos. - respondió el ciervo.

Pablo se miró a sí mismo, sintiendo que su miedo estaba desapareciendo.

-¡Vamos, Pato! ¡Quiero quedarme! - gritó, ya más animado.

Así, Pablo y Pato se unieron a la fiesta. Se rieron, bailaron y cantaron bajo la luz de la luna. Para Pablo, la noche ya no era un lugar aterrador, sino un escenario de aventuras y amistad.

Antes de que se dieran cuenta, el Sol comenzó a asomarse en el horizonte, anunciando el final de la noche.

-¡Qué noche tan maravillosa, Pablo! - dijo Pato.

-¡Sí! Me siento más valiente y seguro. ¡Gracias por ayudarme! - respondió Pablo, lleno de alegría.

Desde ese día, Pablo ya no temía a la noche, y cada vez que la Luna aparecía en el cielo, él sabía que era hora de nuevas aventuras con su mejor amigo, Pato. Juntos descubrieron que a veces nuestros miedos solo necesitan un poco de curiosidad y valentía para desaparecer.

Y así, entre risas y bailes, el gallinero nunca volvió a ser el mismo. Los amigos valoraron cada noche estrellada que la vida les ofreció, llenándola de aventuras y sueños.

FIN.

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