La Nota Perdida en la Selva


Un día, Justo decidió explorar un poco más allá de su aldea. Él había oído hablar de una hermosa cascada que estaba cerca y quería verla con sus propios ojos.

Pero no se dio cuenta de que había perdido el camino de regreso. Justo caminó durante horas, tratando de encontrar su camino a casa, pero todo parecía igual en la selva densa y oscura. Empezó a sentirse muy asustado y solo.

"¿Cómo voy a volver? ¿Dónde están mis amigos y mi familia?", se preguntaba Justo mientras seguía caminando. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de él. Se dio vuelta rápidamente para ver qué era, pero no pudo ver nada en la oscuridad.

"¿Quién está ahí?", gritó Justo temeroso. No hubo respuesta. El corazón de Justo latió fuerte en su pecho cuando escuchó otro ruido detrás de él. Esta vez, sonaba como si algo estuviera acercándose cada vez más.

Justo empezó a correr lo más rápido que podía sin saber hacia dónde iba. Corrió y corrió hasta que finalmente tropezó con una raíz y cayó al suelo dolorosamente.

"¡Ay! Eso duele", dijo Justo mientras se frotaba la rodilla lastimada. Mirando hacia arriba, vio una luz brillante entre los árboles. Era la luna llena iluminando el camino hacia una pequeña choza abandonada. Justo decidió entrar para refugiarse del peligroso mundo exterior por esa noche.

"No sé dónde estoy, pero al menos estaré a salvo aquí", pensó Justo mientras se acurrucaba en un rincón oscuro de la choza. La noche fue larga y solitaria, pero Justo estaba seguro en su pequeña cueva.

A la mañana siguiente, decidió salir y explorar los alrededores para ver si podía encontrar algo que lo ayudara a regresar a casa. Justo caminó durante horas hasta que vio una hermosa flor rosa en el suelo.

Se agachó para reagarrarla y notó que había una nota pegada en sus pétalos:"Si te pierdes, sigue las flores rosas". Justo sonrió emocionado. Ahora tenía una dirección clara hacia dónde ir.

Mientras seguía el camino de las flores rosas, encontró un arroyo cristalino con peces nadando tranquilamente. "¡Estoy cerca! ¡Mi pueblo debe estar cerca!", gritó Justo emocionado. Finalmente llegó a la cascada que había estado buscando antes de perderse.

Mirando hacia arriba, vio algo familiar: los picos altos de las montañas donde vivía su familia. Justo sabía exactamente cómo llegar a casa desde allí y empezó a correr tan rápido como pudo hacia la montaña.

Finalmente llegó al borde del bosque donde vivía su pueblo y vio humo saliendo de las chimeneas de las casas. Justo corrió hacia sus amigos y familiares que estaban muy preocupados por él. Todos lo abrazaron fuertemente mientras le preguntaban sobre su aventura en la selva oscura.

"Aprendí mucho sobre mí mismo y sobre el mundo que me rodea", les dijo Justo con una sonrisa. "Y también aprendí a seguir las flores rosas". Desde entonces, Justo se convirtió en un gran explorador del bosque y nunca más volvió a perderse.

Sus amigos y familiares escuchaban sus historias fascinantes de aventuras en la selva oscura y todos aprendieron a seguir las flores rosas como él lo hizo.

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