La nube de algodón y la isla perdida
Había una vez en un reino lejano y mágico, una nube de algodón llamada Alnebe. Alnebe vivía en el cielo, ondeando felizmente junto a otras nubes.
Un día, Alnebe se encontró con una corriente de viento traviesa que la alejó del camino que debía seguir. Mientras volaba a toda velocidad, la nube se perdió en un mar de nubes y terminó descendiendo a una misteriosa isla flotante.
Alnebe se asustó al principio, pero pronto se dio cuenta de que la isla era un lugar hermoso, lleno de colores brillantes y criaturas fascinantes. La nube descubrió que la isla estaba poblada por seres muy especiales, cada uno con un don único.
Había árboles que bailaban al son del viento, flores que cantaban melodías dulces, y animales que hablaban el lenguaje de la naturaleza. Al principio, Alnebe se sentía fuera de lugar, pero con el tiempo, comenzó a apreciar la magia de la isla y a hacer amigos con los habitantes.
Juntos, exploraron los rincones más maravillosos y aprendieron a cuidar y proteger su hogar. A lo largo de su aventura, Alnebe descubrió una valiosa lección: a veces, perderse nos lleva a encontrar cosas maravillosas que jamás habríamos conocido de otro modo.
Alnebe finalmente logró regresar a su lugar en el cielo, pero su corazón siempre pertenecería a la isla y a sus amigos.
Y la nube de algodón nunca volvería a ser la misma: ahora llevaba consigo la magia y la sabiduría de la isla perdida.
FIN.