La nube del tiempo


Había una vez en el Reino de Miguel Lanus, un príncipe llamado Cristian que estaba enamorado de la princesa Zaira.

Sin embargo, el rey Antonio no aprobaba su relación y buscaba casar a su hija con un príncipe de otro reino para fortalecer alianzas. Un día, mientras caminaban por el bosque, la abuelita Odilma y su perrito Lara les contaron sobre las nubes mágicas que podían llevarlos a cualquier lugar del mundo.

Emocionados por esta aventura, los jóvenes decidieron subir a ellas y partir juntos hacia un destino desconocido. Pero en el camino se encontraron con dragones feroces que intentaron atacarlos. Las serpientes también aparecieron y comenzaron a rodearlos.

La situación parecía desesperada cuando escucharon una voz sabia que les dijo: "No teman pequeños amigos, yo soy el guardián del río hirviendo y puedo ayudarlos". El guardián del río hirviendo era una raposa sabia que conocía todos los secretos del bosque.

Les explicó cómo hacer frente a los peligros y lograron escapar ilesos gracias a sus consejos. Finalmente llegaron al destino deseado donde descubrieron algo increíble: habían llegado al futuro.

Allí vieron lo importante que era valorar cada momento presente y luchar por lo que realmente importa. Con esta experiencia aprendieron mucho sobre sí mismos y sobre la vida en general.

Comprendieron la importancia de seguir sus sueños sin importar lo difícil que pueda resultar y siempre escuchar los consejos sabios de quienes tienen más experiencia. De regreso al Reino de Miguel Lanus, el príncipe Cristian y la princesa Zaira enfrentaron a su obstáculo con valentía.

El rey Antonio finalmente entendió que su hija debía ser libre para elegir a quien amar y así permitió que se casaran. Desde entonces, los jóvenes gobernaron juntos el reino, siempre recordando lo aprendido en esa aventura inolvidable.

Y cada vez que veían las nubes mágicas en el cielo, sonreían sabiendo que habían vivido una gran aventura gracias a ellas.

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