La nube que se hizo amiga de Cloe

Cloe amaba pasar sus tardes en el patio trasero de su casa, jugando a ser la mejor cocinera del mundo. Con sus utensilios de cocina de juguete y su imaginación desbordante, creaba platos deliciosos para sus amigos invisibles.

Un día, mientras estaba concentrada preparando un pastel imaginario, una nube perdida apareció sobre su cabeza y empezó a llover. "¡Oh no!" exclamó Cloe.

"¿Qué voy a hacer ahora?"Pero antes de que pudiera correr hacia adentro de la casa, la nube habló con ella: "Hola pequeña amiga, ¿puedo quedarme aquí contigo hasta que encuentre mi camino de regreso a mi familia?". Cloe se sorprendió al escucharla hablar y rápidamente aceptó su pedido.

Juntos jugaron bajo la lluvia durante horas, saltando en charcos y haciendo castillos de arena mojada.

A medida que pasaban los días, Cloe se hizo amiga íntima de la nube perdida y juntos experimentaron aventuras emocionantes como volar por encima del vecindario o crear formas divertidas con las nubes en el cielo.

Pero un día mientras estaban disfrutando juntos del sol brillante después de una tormenta fuerte, la nube le dijo tristemente a Cloe: "Me encanta estar contigo pero tengo que volver con mi familia". Cloe se sintió abrumada por el dolor al pensar en despedirse de su querida amiga. Pero sabía que tenía que dejarla ir para ser feliz otra vez con los demás miembros de su familia.

Después de abrazarse fuerte, la nube se desvaneció en el cielo, dejando a Cloe con un corazón triste pero también lleno de amor y gratitud por esta amistad especial.

A partir de ese momento, Cloe aprendió una importante lección: no importa cuánto tiempo dure una amistad, siempre es valiosa y puede enseñarnos cosas nuevas sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Y aunque extrañaba a su amiga nube, sabía que tenía muchos recuerdos felices para atesorar.