La obra de teatro de Milo
Milo era un niño muy curioso y activo. Le encantaba jugar al fútbol con sus amigos, construir castillos de arena en la playa y explorar el bosque detrás de su casa.
Sin embargo, cuando llegaba el momento de ir a la escuela, Milo se sentía un poco aburrido. No es que no le gustara aprender cosas nuevas, pero todavía le costaba un poco leer y escribir.
A veces se sentía frustrado porque sus compañeros parecían entender todo más rápido que él. Un día, mientras estaba en clase de matemáticas, Milo decidió dibujar una pequeña figura en su cuaderno para distraerse un poco.
La maestra se dio cuenta y lo llamó por su nombre:- Milo, ¿podrías venir aquí por favor? Milo se sintió avergonzado al tener toda la atención sobre él. La maestra le preguntó qué estaba haciendo y él explicó que estaba aburrido y había decidido dibujar algo para entretenerse.
La maestra sonrió comprensiva:- Entiendo cómo te sientes, Milo. A veces las clases pueden ser aburridas si no estamos interesados en lo que estamos aprendiendo. Pero te tengo una sorpresa: hoy vamos a hacer algo diferente.
La maestra les propuso a los estudiantes hacer grupos para crear una obra de teatro sobre la historia del país donde vivían. Cada grupo tendría que investigar sobre los personajes históricos más importantes y crear un guion juntos.
Milo nunca había actuado antes ni sabía mucho sobre historia, pero se emocionó con la idea de trabajar junto a sus amigos en algo divertido e interesante. Los días siguientes fueron muy emocionantes para Milo.
Él y sus amigos se reunían después de clases para investigar sobre los personajes históricos y crear su guion. Milo se encargaba de hacer los dibujos para la escenografía. Cuando llegó el día de presentar la obra, Milo estaba muy nervioso pero también emocionado.
Sus padres vinieron a verlo y él les mostró con orgullo sus dibujos en el escenario. La obra fue un éxito total. Los estudiantes aprendieron mucho sobre la historia del país mientras se divertían actuando frente a sus compañeros y familiares.
Milo descubrió que, aunque todavía le costaba leer y escribir, tenía muchas otras habilidades como la creatividad y la imaginación que podían ser útiles en diferentes situaciones.
A partir de ese día, Milo ya no se aburría tanto en el colegio porque sabía que siempre había algo nuevo que aprender o algún proyecto interesante por realizar junto a sus amigos.
FIN.