La obra teatral de San Antonio María Claret
Había una vez en el Colegio Claretiano de Cúcuta un grupo de estudiantes muy curiosos y entusiastas. Ellos se llamaban Martina, Tomás, Sofía y Mateo.
Todos los días, después de clases, se reunían en el patio del colegio para jugar y charlar.
Un día, mientras estaban sentados bajo la sombra de un árbol, Martina levantó la mirada al cielo y dijo: "¿No sería genial que más personas conocieran las enseñanzas de San Antonio María Claret? Él nos dejó tantos valores importantes que podrían ayudar a muchas personas". - ¡Sí! -exclamaron los demás emocionados-. Pero, ¿cómo podríamos hacer que eso suceda? Tomás tuvo una brillante idea.
"Podríamos organizar una obra de teatro sobre la vida de San Antonio María Claret. Así podríamos compartir sus enseñanzas de una manera divertida y creativa". Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a planificar la obra con mucha ilusión.
Martina escribió el guion, Sofía diseñó los disfraces, Mateo creó el escenario y Tomás se encargó de la música. Finalmente llegó el día del gran espectáculo. Todo el colegio estaba emocionado por ver la obra que habían preparado los cuatro amigos.
Cuando las luces se apagaron y comenzó la función, los estudiantes actuaron con tanto entusiasmo y pasión que lograron cautivar a toda la audiencia. Al finalizar la obra, todos aplaudieron emocionados y muchos se acercaron al grupo para felicitarlos por su excelente trabajo.
Martina, Tomás, Sofía y Mateo sintieron una gran alegría al ver cómo habían logrado transmitir las enseñanzas de San Antonio María Claret de una manera tan especial.
Desde ese día, más personas en el colegio empezaron a interesarse por la vida del santo y sus valiosas lecciones. Los cuatro amigos comprendieron que a veces solo hace falta un poco de creatividad y esfuerzo para compartir algo importante con los demás.
Y así, gracias al talento y dedicación de estos estudiantes del Colegio Claretiano de Cúcuta, las enseñanzas de San Antonio María Claret continuaron inspirando a más personas cada día.
FIN.